Como parte de la sección oficial en competencia del Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM), se estrenó La raya, de la directora Yolanda Cruz, una historia original e ingeniosa que aborda la migración desde la perspectiva de la joven Sotera, quien vive alejada de sus padres sin saber si regresarán de Estados Unidos, tal como pasa también con la mayoría de los habitantes de su pueblo, quienes viven distanciados de sus familiares.
La trama surgió de la experiencia de la directora cuando vivía en Los Ángeles y estudiaba cine, “quería escribir mi historia de joven en mi pueblo, terminé el guion y lo presenté para talleres de Sundance [Festival de Cine], ahí me apoyaron para desarrollarlo y por azares de la vida regresé a México a vivir con mi mamá, entonces comencé a preguntarme quiénes regresaban y por qué”, contó la directora a La Razón.
Después de su primera película de ficción, la directora, originaria de San Juan Quiahije, Oaxaca, decidió “sacar La raya del baúl y actualizarla, ya no era sobre la vida de un pueblo desde una perspectiva de alguien que está en Estados Unidos, ya era desde alguien regresando y sobre cuál era el papel de nosotros los migrantes, y de cómo se nos percibe en nuestras comunidades, hace 20 años éramos una de las primeras familias que emigraba, pero ahora es casi la mayoría del pueblo”, explicó.
Yolanda Cruz compartió que siempre tuvo en su mente que quería hacer un filme para los jóvenes de su comunidad. “Quería que sintieran que es posible contar nuestras historias por gente como nosotros y que habla nuestra lengua, el chatino”, compartió y señaló también: “Me proponía hacer algo que la gente quisiera ver y disfrutar en pantalla grande, quería hacer una película con mi lengua materna en primer plano”.
Con el estreno mundial en FICM de La raya, su directora se siente feliz. “Estoy muy contenta de participar con otra película oaxaqueña zapoteca, de Luna Marán, Chicharras, esto me da esperanza sobre el futuro del cine mexicano y de que nuestras historias están siendo incluidas, creo que esto va a ayudar a la nueva generación de cineastas indígenas para que vean que es posible poder contar historias en sus propias lenguas y estar con ellas en un festival internacional como el de Morelia”, concluyó emocionada.