Cual si se tratara de la fórmula uno, esta producción brasileña que llega con el sello de Netflix y retoma la vida del célebre y tristemente fallecido Ayrton Senna, se presenta como un estilizado vehículo de elite impulsado por un motor potente y bien engrasado, capaz de elaborar vertiginosas secuencias con el ojo de la cámara colgando a los costados de los autos, yendo y viniendo entre los encuadres a la cabina del conductor y las miradas a través del retrovisor, estirando así los puntos de tensión al tope vistiéndose con cierto efecto inmersivo a la hora de alcanzar los momentos culminantes dentro de las pistas.
Aunque le hubiera venido bien profundizar un poco más en las motivaciones y los conflictos del personaje, el drama se desarrolla sin entretenerse de más concentrándose en los pasajes que, desde la infancia deambulando por el negocio paterno y su experiencia en el karting, forjaron el carácter y la pasión que le llevaría a convertirse en una leyenda del automovilismo, sacrificando en el camino vínculos románticos y familiares propios de una vida convencional. Hay además mucho detalle al delinear los rasgos que definían su personalidad, como por ejemplo su obsesión por mantener el ritmo acelerado tras terminar las competiciones y trabajar prácticamente de inmediato las modificaciones de los autos.
Del mismo modo es minucioso el trabajo con las atmósferas contrastando los tonos azulados que le otorgan pinceladas de cierta hostilidad a los pasajes en Europa, y la calidez delineada por los reflejos de luz que viste con cierta evocación a los que corresponden a su país de origen, estás reforzadas con el uso de rolas emblemáticas de la época cargadas de una fuerza emotiva muy acorde, como en el caso de “More than a Feeling” de la banda de rock Boston, cuyo significado de antemano refiere a la sensación de conectar con los recuerdos de alguien que ha partido.
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La convicción con la que el reparto encabezado por el actor Gabriel Leone —“Alemão 2” (2022), “Ferrari” (2023)—, evita los innecesarios aspavientos, sobre todo cuando se apuntan las incipientes rivalidades, sobre todo aquella con el también piloto estrella Alain Prost, no hace sino beneficiar la consistencia del trayecto de una miniserie que en sus primeros episodios no pierde el paso.
“Senna”, que además cuenta con el visto bueno de la familia del piloto en cuestión, se estrena con seis episodios en la plataforma de Netflix, y posee los atributos necesarios para dejar más que satisfechos a todos aquellos aficionados a las carreras de autos, y de paso enganchar al público no iniciado en la cultura generada alrededor de ellas.