De entre las diferentes series live-action que Disney nos ha entregado en los últimos años con respecto a la franquicia creada por George Lucas, las cuales salvo contadas excepciones, dígase The Mandalorian y Andor, han ido de regular a malas; Skeleton Crew es una de las que más y mejor recupera la esencia de la trilogía original y la ilusión que dejaba en el espectador.
Desde que en el preludio vemos como, teniendo el espacio profundo como escenario, irrumpe en primer plano una gigantesca nave que luego será alcanzada por otra para dar pie a un violento abordaje con los consecuentes combates y tiroteos en su interior, y la presentación de distintas criaturas antropomorfas cuyas caracterizaciones conjugan los recursos tradicionales para no caer en lo artificioso del exceso de CGI; queda claro que el concepto está entendido y ejecutado con cariño y conocimiento de causa.
De tal modo, el que retomen la fórmula de las entrañables películas infantiles de los ochentas -E. T., el extraterrestre (1982), Los Goonies (1985)-, con personajes provenientes de núcleos familiares fuera de las convenciones, en este caso además buscando una bien justificada representatividad, quienes además por distintas razones sienten inconformidad con su entorno rutinario, hasta que les llega el llamado de la aventura; no solo emparenta la propuesta con la trama del Episodio IV: Una Nueva Esperanza (1977) y aquel Luke Skywalker añorando alcanzar las Estrellas, sino que materializa dentro de la ficción esa sensación de quienes siendo niños vieron dicha película y de camino a casa o a la escuela, jugaban a ser pilotos o Caballeros Jedi. Claro que aquí los suburbios se ubican en una sociedad poblada por personas de distintas especies, cobijada por la Nueva República y el orden establecido tras la caída del imperio.
Luego, cuando los preadolescentes protagonistas rebasan las fronteras de su planeta solo para descubrir el extraño estatus del mismo, la trama se nutre con cierta intriga, y el lado marginal del universo al que pertenecen lleno contrabandistas intergalácticos y otros seres hostiles, es revitalizado tanto con el encanto de los cuentos de piratas que al mismo tiempo sirven para mostrar una vez más los ambiguos caminos de la Fuerza, como con la química y naturalidad que despliegan los pequeños actores, acompañados del oficio y carisma que mantiene Jude Law -Sherlock Holmes: Juego de sombras (2011), Animales fantásticos: Los secretos de Dumbledore (2022)- en el papel de quien será un aparente aliado de turbio pasado.
Dirigida por John Watts, responsable de la saga del Spiderman encarnada por Tom Holland, Skeleton Crew: viaje a lo desconocido es una pequeña y entrañable sorpresa, al menos en su primera mitad, que es lo que hemos tenido oportunidad de ver hasta ahora.