Polymarchs busca hacer historia en el concierto de Año Nuevo en la Ciudad de México con una monumental producción que desplegará una pantalla de 50 metros en la tarima principal, además de otras dos mil 500, cada una de tres por un metro, que estarán en ambos lados, desde la Glorieta del Ahuehuete hasta el Ángel de la Independencia, torres de sonido, mil 300 luces y 75 láseres.
“Creo que sí va a ser la discoteca más grande, porque sin lugar a dudas esto va a trascender, no se va a quedar en México solamente. Mucho público mexicano no ha visto a Polymarchs y piensa que es algo insignificante y no, esto tiene un valor, lo van a ver el 31 de diciembre a partir de las 10 de la noche. Sé que va a haber una asistencia enorme, puede ser que rompamos récord. Es el espectáculo más grande, vamos a llenar de luces hasta donde humanamente se pueda llegar, todo eso (una estructura circular con luces) cae para abajo y va a girar, es impresionante”, dijo a La Razón Apolinar Silva, dueño de Polymarchs, mientras se encontraba en las inmediaciones de la Glorieta del Ahuehuete supervisando la instalación de todo el equipo para el show gratuito, labor para la cual se necesitaron seis tráileres.
Creo sí va a ser la discoteca más grande, porque sin lugar a dudas esto va a trascender, no se va a quedar en México solamente. Mucho público mexicano no ha visto a Polymarchs y piensa que es algo insignificante y no, esto tiene un valor, lo van a ver el 31 de diciembreApolinar Silva, Dueño de Polymarchs
Destacó que para el montaje de la legendaria discoteca móvil se requiere de un trabajo preciso.
“En total, en el montaje participan 300 personas: el de los efectos, los ingenieros. Éste es el primer audio (en el escenario principal), es el más fuerte, después se va a 150 metros y llega otro, y después, otros 150 y llega otro, otros 150 y llega otro, todo eso lleva una ingeniería, no podemos aventar audio a lo loco, este audio tiene que esperar al segundo, llega y se van juntos”, explicó y mostró sus manos para enseñar los callos que tiene, pues en cada espectáculo de Polymarchs se encarga de supervisar hasta el más mínimo detalle.
Apolinar Silva adelantó que durante la presentación contarán con dos DJ, su hijo de 22 años, John Barrera (Juan Silva Rodríguez) y Víctor Estrella.
“No sólo doy música a la gente mayor, también a los jovencitos y hasta los niños, todos ellos me ubican bien, dicen: ‘Voy con Poly, porque con Poly bailo’. El abuelito viene, el papá, el hijo y el nieto también. Todas las generaciones vienen a bailar, todos se van a ir muy contentos, porque los DJ les van a poner música para todas las edades, vamos a correr hasta 2024 y de repente nos regresamos 40 años.
“Eso está hecho con maestría, no es cualquier música, es la música que le llega a la gente, con la que dices: ‘¡Ah, jijo!’. Se siente cuando estás escuchando una música de hoy en día y de repente te llega un fregazo de los años 80, pero es especial, eso esperamos”, resaltó sobre el show.
Detalló que Víctor Estrella y su hijo John Barrera mezcla sus gustos con los del fundador de Polymarchs. “Como tengo la experiencia de la música, no soy DJ, pero la he oído durante toda mi vida, sé cuáles son las canciones que me hacen vibrar, combinamos los dos gustos”, contó Apolinar Silva, quien durante el montaje es aclamado por sus seguidores, quienes le piden tomarse selfies o lo saludan.
Apolinar Silva se dijo emocionado, pues con el show, que se espera culmine a las tres de la madrugada, refrenda 50 años de trayectoria, que iniciaron con una austera consola que cargaba de niño en su natal, Puerto Ángel, Oaxaca.
“En el tiempo en que era un niño, adolescente, no había aparatos. Yo llevaba mi radioconsola, que era tan austera que no tenía radio, iba con mis amigos con mis discotes, ponía música y todos bailaban, eso es lo que me ha gustado, llevar música, alegría de baile sano. Respeto a los artistas que se dedican a cierto tipo de música, pero no meto música que incite a la violencia, que le falte el respeto a la mujer”, comentó y recordó que su primer equipo semiprofesional lo adquirió en la adolescencia.
“Mi hermano me dijo: ‘Vamos a sacar un crédito, vamos a pagar 393 pesos’. No se me olvida, tenía que lavar coches, encerar o vender en una tiendita para juntar 393 pesos al mes, desde que iba en la secundaria. Me levantaba todas las mañanas a lavarle sus manecillas, era como un juguete. Esto ha llevado 50 años de trabajo, no lo hice ahorita”, contó.
Sobre el costo del espectáculo, de aproximadamente 10.2 millones de pesos, externó: “Éste va a ser uno de los más barato que se ha hecho en la historia, el año pasado, con Rubén Blades costó 25 millones de pesos”, afirmó Apolinar Silva.
