De las más esperadas del 2024

Cien años de soledad y Pedro Páramo, dos ambiciosos proyectos

Las obras cumbre de Juan Rulfo y Gabriel García Márquez fueron adaptadas a la pantalla, con un buen recibimiento; ya se ven en Netflix

Imágenes de la recreación deMacondo.
Imágenes de la recreación deMacondo. Foto: Netflix

Pedro Páramo y el realismo mágico de Cien años de soledad, dos clásicos de la literatura universal, llegaron al streaming con el reto de derrumbar el mito de que ambas obras son imposibles de llevar a la pantalla. Ambas producciones generaron muchas expectativas, pero también muchas dudas entre los seguidores de las obras de Juan Rulfo y Gabriel García Márquez; sin embargo, los resultados han dejado un grato sabor de boca, al menos en el primer caso.

La película dirigida por Rodrigo Prieto se estrenó en Netflix el pasado 6 de noviembre y representó la ópera prima del director de fotografía —cuyo trabajo se puede apreciar en cintas como El lobo de Wall Street, Los asesinos de la luna y Barbie—, aunque no es la primera vez que se intenta adaptar esta novela al cine, ya que en 1967, 1978 y 1981, la historia de Juan Preciado, quien viaja a Comala en busca de su padre, “un tal Pedro Páramo”, tras la muerte de su madre, también fue llevada a la pantalla grande.

Durante décadas, nuestro padre se mostró reacio a ceder los derechos cinematográficos de Cien años de soledad porque creía imposible realizarla bajo las limitaciones de tiempo de una película. Pero, en la actual época dorada de las series, el momento no podría ser mejor para llevar una adaptación a las audiencias globales de Netflix
Hijos de Gabriel García Márquez

Si hay una descripción que se le pudiera dar a la nueva adaptación de la obra maestra del escritor jalisciense es revitalización, pues logró lo que anteriormente parecía un reto imposible: capturar la esencia de la obra en la pantalla, desafío que ni Carlos Fuentes en la primera versión ni el propio Rulfo en la segunda lograron trascender, dejando a la crítica y a la audiencia desilusionados.

Quizá uno de sus mayores logros sea el manejo de la temporalidad, un elemento central en la novela, ya que el filme recrea con destreza los saltos temporales y la complejidad de las líneas de tiempo que se entrelazan entre pasado, presente y un estado casi delirante que ayuda al espectador a no perderse en la narrativa fragmentada. Por el contrario, el filme regala una experiencia fluida de manera natural como en la novela, mezclando lo real con lo fantástico.

El propio realizador ha recalcado que se trata de su versión y, si bien los lectores de la novela de Rulfo han construido su propio Comala a partir de cada lectura, la manera en que Rodrigo Prieto se aventuró a mostrar al público su propio universo logró empatizar con éste.

Incluso el director Martin Scorsese —con quien Prieto ha trabajado por mucho tiempo— dijo sentirse muy impresionado por el largometraje y su “primera vez dirigiendo una película”, además de elogiar las actuaciones de Tenoch Huerta (Juan Preciado), Ilse Salas (Susana San Juan) y Manuel García-Rulfo (Pedro Páramo).

El fin del año fue un buen momento para el realismo mágico, ya que Cien años de soledad, serie inspirada en el libro homónimo de García Márquez, está disponible en Nettflix desde el pasado 11 de diciembre. La primera temporada que consta de ocho episodios que se complementarán con una segunda parte con el mismo número de capítulos, por lo que la duración del audiovisual abre la esperanza de que la historia de la familia Buendía se cuente a detalle.

Dirigida por Laura Mora y Alex García López, la serie fue filmada en Colombia, con locaciones en La Guajira, Magdalena, Cesar, Cundinamarca y Tolima, con miras a capturar la atmósfera única y llena de magia del Caribe sudamericano.

Imágenes de la recreación de Comala.
Imágenes de la recreación de Comala. ı Foto: Netflix

El proyecto contó con el respaldo y supervisión de Rodrigo y Gonzalo García Barcha, hijos del Premio Nobel de Literatura, para garantizar una adaptación fiel, además de un reparto de la misma nacionalidad —en homenaje a las raíces de la obra— encabezado por Marco Antonio González, Susana Morales, Diego Vásquez y Marleyda Soto, entre otros.

Destaca el equipo creativo, que incluyó a los diseñadores de producción Bárbara Enríquez y Eugenio Caballero (Roma), que buscaron recrear Macondo de la manera más fiel posible.

Ambas propuestas cumplen con las respectivas obras, y sobre todo con los seguidores de Rulfo y García Márquez, al capturar la esencia de cada novela en lenguaje cinematográfico.