Desde ayer, ya en cines

Un lago, el retrato de un treintañero en crisis existencial

La película independiente mexicana se centra en la figura de Rich y muestra lo que sucede con él a partir de su encuentro con una chica que lo introduce al poliamor; ópera prima de Rafael Martínez Sánchez

Rafael Martínez Sánchez, al dar vida a Rich, protagonista de la cinta que dirige.
Rafael Martínez Sánchez, al dar vida a Rich, protagonista de la cinta que dirige. Foto: Especial

El director Rafael Martínez Sánchez atravesaba una crisis cuando comenzó a trabajar en su ópera prima El lago, en la cual cuenta la historia de un actor y realizador atorado en su procesos creativos, evadiendo todas sus problemáticas con el alcohol y procrastinando. Por eso considera que es una cinta “bastante referencial”, pues aunque lo que le ocurre al personaje principal, Richi, no le pasó al cineasta, sí plasma mucho de lo que significa madurar e ir buscando un camino propio, sobre todo cuando se está entre los 20 y los 30 años de edad.

“Algo muy bonito que también sucedió a raíz de esta película fue que justo al retratar esa crisis por la que yo estaba pasando, al igual que mi protagonista, eso desencadenó la producción del proyecto que hasta ahora más puertas me ha abierto. Entonces creo que hay cierto valor y recompensa en enfrentarse al ego propio y en ponerse en escrutinio”, comentó en entrevista con La Razón Rafael Martínez Sánchez.

Comentó que aunque “la situación que se retrata ahí en la película no sucedió como tal en mi vida, sí es una conglomeración de varios eventos y de mi misma posición emocional en ese momento. Tomé esos elementos y los puse en esta situación ficticia en una especie de ejercicio autocrítico”, explicó Rafael Martínez Sánchez, quien escribió, dirigió e interpretó al personaje principal.

En la película, el cineasta también refleja cómo cuando una persona está atravesando por una fuerte crisis, suele ser ella misma la que se cuestiona constantemente y se desvaloriza.

La situación que se retrata ahí en la película no sucedió como tal en mi vida, pero sí es una conglomeración de varios eventos y de mi misma posición emocional en ese momento, tomé esos elementos y los puse en esta situación ficticia en una especie de ejercicio autocrítico

“Cuando uno, como artista y como ser humano, se encuentra en una crisis así, recurre a ser quien cuantifica lo que hace y lo que no, como el protagonista se pasa contando el tiempo que tarda en nadar en el lago que está donde vive o las páginas que ha escrito, que son trampas del inconsciente que tenemos para autovalidarnos cuando nadie más nos está validando por nuestros esfuerzos”, señaló el realizador.

“La película habla principalmente de aquello a lo que su protagonista le está enfocando su tiempo y energía en ese momento particular de su vida, porque está centrando sus energías en lugares que no lo llevarán a ningún lado; habla de las cosas con las que él no tiene resonancia y una de ellas es el poliamor, que sólo es una de las muchas partes que se exploran dentro de la historia”, contó, refiriéndose al contexto en el que es presentado su personaje principal.

Richi, en medio de esa crisis, conoce a una joven de 24 años, seis más chica que él y quien lo introduce en el poliamor. Ella atraviesa un mal momento y siente una fuerte atracción por el treintañero.

“El poner una diferencia de edad un poco más marcada entre el protagonista y los demás personajes me pareció una buena forma de acentuar las diferencias ideológicas y en la manera de relacionarse que hay entre los personajes”, mencionó Martínez Sánchez acerca del tema generacional que se presenta como parte de la trama y termina siendo determinante para el autodescubrimiento que tiene el protagonista.

El largometraje Un lago, rodado en Tequesquitengo, en el estado de Morelos, se puede ver desde ayer en cines de la Ciudad de México, Culiacán, Guadalajara, Mérida, Monterrey, Oaxaca, Puebla, San Cristóbal de las Casas, Toluca y Tuxtla Gutiérrez, Puerto Vallarta, Tijuana y Cuernavaca.