Una de las jornadas más esperadas por los amantes de la música llegó este día de los Santos Difuntos. El arranque del Hipnosis, el que para muchos es el mejor festival del país. Reputación que se ha propuesto mantener con un cartel que arrastró a miles de fans hasta el Fray Nano en la Ciudad de México. Un venue que se ha convertido en esencial para los aficionados a la neo-psicodelia, el space rock, el post punk, el dark wave y estilos circunvecinos.
Uno de los platos fuertes de la noche son The Horrors. Que ni mandados a hacer estuvieron para la noche post-Halloween. Sus fans ni tardos ni perezosos sacaron los kilos de rímel y se vistieron de negro para hacer que el Fray Nano luciera como la convención de darks más grande de México en este 2025. Un desfile que bien podría confundirse con el que se llevaba a cabo en Reforma a la misma hora. Como seres trasplantados de los panteones hacia una catedral sónica con cerveza helada.
La fiesta arrancó con muertos frescos, entre los que destacó la apuesta de los quebequenses Population II. Nueva sensación que al cantar todo en francés le agrega un tono aún más exótico a sus guitarras cargadas de psicodelia. Instalados en el escenario derecho, encendieron la mente de los asistentes mientras el sol medio se escondía entre las nubes. Para así pintar una tarde de contrastes. Si algo resalta del cartel es la variedad de propuestas, que lejos de resultar incompatibles, se compenetran a la perfección para navegar entre distintos ánimos y temperamentos.
En el escenario derecho los rusos de Utro pusieron el toque post punk de una tarde que parecía seguirles el ritmo al nublarse un poco. Acorde con el sonido de este trío que por momentos suena acelerado, como una especie de persecución angustiosa que se resuelve en la raídez de la batería de Mikhail Nikulin y la guitarra filosa de Vladislav Parshin. Pero que luego se atempera en canciones ralentizadas con tintes introspectivos. Dejando claro que el post punk ruso de la mejor calidad siempre está presente.
A las cinco veinte, Skinshape, el músico y DJ inglés, le dio un giro radical al ambiente con su mezcla de folk, funk y soul blanco. Con pasajes cargados de fineza pop. Un remanso sonoro para lo que se avecinaría después con Geordie Greep, ex líder de Black Midi, que recetaría su descarga de jazz fusion. Quien por momentos recordaba al Zappa más teatral y a un Robert Fripp joven con reminiscencias arty pero también semi tropicales a lo Santana. Quien puso el sabor para así alcanzar la mitad de la jornada. Con muchos dulces mágicos y a la espera de muchas calaveritas sonoras.

