40 Foro Internacional de Cine

Adiós a la Memoria: ¿Es pretenciosa la película argentina que estrena la Cineteca?

La Cineteca estrena "Adiós a la Memoria", como parte de la edición 40 del Foro Internacional de Cine; la película de Nicolás Prividera da testimonio de la irónica naturaleza de los recuerdos

"Adiós a la Memoria", de Nicolás Prividera, llega a la Cineteca como parte del Foro Internacional de Cine
"Adiós a la Memoria", de Nicolás Prividera, llega a la Cineteca como parte del Foro Internacional de Cine Especial

La resignificación de las grabaciones familiares realizadas por su padre entre los 60 y los 80, a través de la voz en off que, en tercera persona, ofrece un lacónico recuento de la distante relación que mantuvo con él, le sirven al director Nicolás Prividera en “Adiós a la Memoria” como un reclamo de complicidad al espíritu cinematográfico en su estado puro, para sumergir al espectador en un estado de conciencias sobre la trascendencia de los recuerdos.

Cada imagen es acompañada de frases y referencias que, con alevosía, hacen patente que por más vivas que estas luzcan, son sólo el eco de algo que ya se fue, pero también enfatizan su estatus como último resquicio de resistencia ante el inevitable paso de la existencia, que conduce a ese final donde para negarse a desaparecer sólo queda aferrarse a repetir el propio nombre, incluso ante los demás que de manera fortuita lo han olvidado.

El uso de fotografías aquí no sólo es un recurso para completar la falta de material grabado, sino que se convierte en una forma de reconstruir procesos emocionales clave, lo que le otorga un mayor sentido dramático al desarrollo, borrando los límites entre el documental y la reinterpretación de los hechos, cuál si hiciera efectiva uno de los mecanismos de escape que le atribuye a la figura paterna central, “Contar historias para olvidar la historia”.

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Hay además un marcado afán de rebotarlo todo en lo social, y para ello alude a los pequeños guiños al contexto incluidos en los momentos que este capturaba con su cámara, a los encuentros que tuviera con célebres personajes como Jorge Luis Borges, y al diario que con el tiempo se transformó en un compendio de enigmas.

Son estas secuencias las que adolecen de cierto regodeo que debilita la fuerza de la línea principal, pero no por ello dejan de ser sugestivas y a veces descarnadas, y se validan en un discurso crítico e inteligente sobre la dictadura Argentina,

Pareciera simple el formato guiado por la narración de una voz sin rostro, pero la honestidad de la ejecución permite que al pisar los terrenos de la introspección y conectarla con elementos puntuales, como unas manos recorriendo el teclado de un piano representando el deterioro mental, o una edición antigua y de misterioso origen del Conde de Montecristo que evidencia la trampa en qué podemos convertir los recuerdos; le otorga una inesperada y disfrutable complejidad.

Se trata de un lacónico pasaje que da testimonio de la irónica naturaleza de la memoria, que, así como en lo individual puede ser un bálsamo ante la conciencia de la despedida o una maldición cuando obedece a los infiernos internos, en lo colectivo fácilmente los grupos de poder pueden presentarme como un lastre, en un intento de ocultarle como necesario llamado de lo que ya no debería suceder.

“Adiós a la Memoria” es una producción argentina, que forma parte de la edición 40 del Foro Internacional de Cine de la Cineteca.