Entre anécdotas, que quitaron la solemnidad, risas, llanto y música de mariachi, ayer se le rindió un homenaje póstumo en el Palacio de Bellas Artes al primer actor Héctor Bonilla, quien falleció el pasado 25 de noviembre. Sus hijos Sergio y Fernando, y su viuda Sofía Álvarez compartieron desde su gusto por el aguardiente y el futbol, hasta su odio por las pizzas y la cátsup.
El tributo dedicado al actor de la película Rojo amanecer comenzó a las 17:15 horas con un minuto de aplausos, por parte de familiares, amigos y colegas, cuando ingresaron sus hijos y su viuda al palacio de mármol con las cenizas de Bonilla. En el centro del vestíbulo se colocó una imagen en gran formato del histrión, en la que se le veía con un elegante esmoquín. Abajo se pusieron dos coronas de flores y arreglos.
Este homenaje se trata de todas las personas que estamos aquí reunidas y todas las personas que están aquí representadas, porque mi padre tocó muchísimas vidasFernando Bonilla, Actor y dramaturgo
Después de montar una guardia de honor encabezada por Sergio, Fernando Bonilla y Sofía Álvarez, la primera en tomar la palabra fue la secretaria de Cultura, Alejandra Frausto, quien lo recordó como un “gran actor, ciudadano ejemplar, amigo solidario y con una enorme congruencia ideológica. Nos dejas medio siglo de carrera viva, en la memoria de quienes te seguiremos aplaudiendo. Hasta siempre, querido Héctor, desde el recinto cultural más importante, el Palacio de Bellas Artes”, expresó.
Entre los asistentes se encontraban las actrices Luisa Huertas, Julieta Egurrola y Verónica Lánger, así como los histriones Demián Bichir y Sergio Corona, más tarde se sumaría Damián Alcázar.
Gracias, Héctor, por tu buen humor, por tu enorme esfuerzo, disciplina de todos lo días, tu inmenso amor a tu profesión, a tu familia, hijos nietos y a míSofía Álvarez, Viuda del actor
Sofía Álvarez, Fernando y Sergio quitaron solemnidad a la ceremonia, para brindar una despedida a Héctor Bonilla, tal vez como él quería, sin tristeza e irreverente. Leyeron un texto que le escribieron y con el cual lo describieron de cuerpo entero.
“Esto es más para nosotros que para él, pero ni modo, ahora se amuela”, dijo Sofía Álvarez para romper el hielo.
“Gracias por sus apapachos y abrazos hacia mi persona, gracias a ti (Héctor) por tu buen humor, por tu disciplina, por tu inmenso amor hacia tus amigos, tu profesión y tus hijos. Gracias por estos cuatro años extra que nos regalaste”, comentó Álvarez.
Tuvimos la fortuna de no quedarnos con nada, decirle todo lo que lo amábamos y respetamos. Mi padre también creo que tuvo ese tiempoSergio Bonilla, Actor
Y Sergio Bonilla completó: “Tuvimos la fortuna de no quedarnos con nada, decirle todo lo que lo amábamos y respetamos. Mi padre también creo que tuvo ese tiempo, creo que está orgulloso de nosotros tres (Sergio, Fernando y Leonor)”.
Tras esas palabras compartieron con los presentes que el actor, además de su “gran colmillo por el escenario, tenía muy buen colmillo para la comida”, que cuando era niño “sólo le mandaban una torta de frijol con gorgojo”, y que le gustaban las cascaritas y las borracheras, muestra de esto último era su gusto por el aguardiente y que un partido de futbol era un buen pretexto para convocar a sus hijos a “agarrar la peda”.
Lo recordaron en sus luchas por la justicia como su participación en la marcha del silencio del 68. “Era de izquierda, pero siempre fue el más derecho”, dijo uno de sus hijos.
Tras las anécdotas, la música del Coro de Madrigalistas de Bellas Artes y después la del Mariachi del Ballet Folklórico de México sonó mientras los hijos y la viuda de Bonilla recibían muestras de cariño de los presentes. Al final, con una gran ovación fue despedido el actor.