Crimen pasional, suicidios de divas y caso Burroughs atraparon a Monsi

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Foto: larazondemexico

“Quiso demostrar su puntería y mató a su mujer”, titulaba el periódico La Prensa, el 7 septiembre de 1951, un día después de que el escritor beat William Burroughs abrió fuego contra Joan Vollmer, su esposa. Las fotos de primera página muestran a Burroughs, de 37 años, intentando taparse el rostro, y a su esposa ya muerta.

El registro de este homicidio se encuentra en la exposición Una crónica de la nota roja en México, curada por Rafael Barajas El Fisgón, que se exhibe en el Museo del Estanquillo hasta el 11 de septiembre. La muestra rinde homenaje a Enrique El niño Metinides, uno de los principales fotógrafos del género.

La colección del escritor Carlos Monsiváis (1938-2010) incluye 350 piezas del acervo de Metinides, además de fotografías de Nacho López, grabados, litografías, maquetas, documentos, collages y hojas volantes del siglo XIX, ).

La muestra es un recorrido por atentados a políticos, crímenes pasionales, accidentes, suicidos de divas y célebres asesinos seriales que captaron la atención de la sociedad mexicana en distintas épocas.

“Carlos Monsiváis consideraba que la historia de la nota policíaca en México corría en paralelo a la historia del país y la plasmó en su libro Los mil y un velorios. Crónica de la nota roja en México, que publicó en 1994”, dijo el curador de la muestra, Rafael Barajas.

En la colección del cronista que murió hace siete años, destaca un ejemplar de El libro rojo, de Vicente Riva Palacio, que documenta sucesos históricos violentos del siglo XIX, como el asesinato de Joaquín Dongo y su familia en 1789 a manos de un grupo de ladrones que quiso robar 23 mil pesos, una fortuna en ese entonces.

También están las hojas volantes de los crímenes de El Tigre de Santa Julia y otros sucesos ilustrados por los grabadores Manuel Alfonso Manilla y José Guadalupe Posada. Estas hojas distribuían de mano en mano la sangrienta realidad mexicana. Todas tenían escandalosos títulos como “Asombrosos sucesos”, “Lamentable ejemplo”, “El horrible y espantosísimo”.

Además de Enrique Metinides y Nacho López está presente con sus fotografías Adrián Devars, quien retrató a la actriz Miroslava Stern, tras su suicidio en 1955 a causa de una gran depresión pues su amante Luis Miguel Dominguín la abandonó para casarse con Lucía Bosé. En la placa en blanco y negro, Miroslava está envuelta en sábanas en su cama con una cara apacible.

El ojo mórbido del cronista se situó sobremanera en los casos de asesinos seriales como Gregorio Goyo Cárdenas, Higinio Sobera, Lola La chata y José Ortíz Muñoz El Sapo, de quien conservó una foto donde el criminal presume el enorme cuchillo con el que mató a un recluso en la enfermería de Lecumberri, fue su asesinato número 133.

La violencia generada por el narcotráfico a finales del siglo XX también tuvo lugar en la colección de Monsiváis con las primeras fotos de descabezados y encostalados.

La muestra termina con algunas imágenes recientes de fotoperiodismo, como la pieza de Teresa Margolles Decálogo, basada en los narcomensajes y el diseño de Alejandro Magallanes No más sangre.

La muestra permanecerá abierta hasta el 11 de septiembre en el Museo del Estanquillo, ubicado en Madero y Bolívar, Centro Histórico.

Según los organizadores, debido a su impactante contenido no se permitirá la entrada a menores de edad.

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