Destacada presencia de cine mexicano en el Festival Internacional de Cine de Morelia

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La edición dieciséis, del que sin duda es uno de los eventos fílmicos más importantes de nuestro país, prácticamente ha terminado y si algo nos ha quedado en claro, es que el cine mexicano se ha consolidado como el gran protagonista, y no sólo por lo que representó la proyección de la aclamada Roma, con la respectiva presencia de su director Alfonso Cuarón, sino por lo que respecta a la selección de películas en competencia, que de nueva cuenta se mostró sólida, diversa y lejos de aquella tendencia a las propuestas excesivamente contemplativas y pretenciosas; que por momentos fue el sello de la sección durante varios años.

Entre lo más destacado hay que empezar por mencionar Luciérnagas de Bani Khoshnoudi, una mirada a los migrantes que quedan varados en sí mismos, con atmósferas recargadas y personajes bien definidos, uno de ellos interpretado por un efectivo Luis Alberti. Por otro lado la que resultó una agradable sorpresa fue Leona de Isaac Cherem, equilibrada reflexión sobre lo que se es y lo que los demás esperan que uno sea, en forma de comedia romántica, con las implicaciones de la comunidad judía de fondo, divertida y bien contextualizada en nuestro país.

La que igual sorprendió fue Antes del Olvido de Iria Gómez Concheiro, comprometido drama social sobre los lanzamientos de los habitantes del centro de la Ciudad de México, que supera un inicio titubeante en cuanto al manejo de los actores no profesionales, para mostrarse plagado de modelos antropológicos, matices y referencias a los clásicos de barrio, orgánico y con un alto valor como testimonio.

Por su parte, La Camarista de Lila Avilés, acierta al presentarse como una sutil reflexión sobre los microuniversos urbanos, con desolador discurso incluido y no exenta de ciertos momentos encantadores. En cuanto a Las Niñas Bien de Alejandra Márquez, es la convicción del elenco encabezado por una Ilse Salas brillante, lo que sostiene una propuesta de estructura endeble al inicio, pero que en cuanto encuentra el tono, hace funcionar el mecanismo y ofrece irresistibles momentos de ironía y escarnio hacia el clasismo con una crisis económica como herramienta.

Finalmente está Bayoneta de Kyzza Terrazas, historia boxística envolvente e implosiva, que, pese a algunos cabos sueltos, se convierte en el vehículo ideal para ver a un Luis Gerardo Méndez, lejos de los personajes a modo en donde parecía estar atrapado.

Así pues, estás son algunas de las propuestas de cine mexicano que lucen por sí mismas en el desarrollo del festival para enfilarse con certeza a una futura llegada a la cartelera comercial, dejándonos de paso ansiosos por la siguiente edición del FICM.

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