Un nuevo estudio de científicos del Instituto de Ingeniería y Mecánica de Procesos Mecánicos del Instituto de Tecnología de Karlsruhe, de Alemania, publicado en la revista Nature Communications, descubrió que artistas plásticos como Leonardo da Vinci, Sandro Botticelli y Rembrandt usaron yema de huevo en sus pinturas al óleo; previo a esta investigación ya se habían realizado diversos estudios a través de los años de las pinturas más famosas que habían arrojado que los lienzos tienen residuos proteínicos, sin embargo estos remanentes se atribuían solamente a contaminación. En el caso del nuevo hallazgo, éste determinó que la inclusión de proteínas era intencional, como una forma de preparar sus pinturas con incluir mínimas cantidades de yema de huevo a sus obras, teniendo como objetivo que éstas perduraran en el tiempo mucho más que sin esta adición. En comparación con el medio formulado por los antiguos egipcios llamado temple - que combina yema de huevo con pigmentos en polvo y agua-, la pintura al óleo crea colores más intensos, permite transiciones de color muy suaves y se seca mucho menos rápido, por lo que puede utilizarse varios días después de su preparación; en el caso del óleo, es hecha a base de aceite de linaza o cártamo en lugar de agua, también tiene inconvenientes, como ser más susceptible al oscurecimiento del color y a los daños causados por la exposición a la luz.
Gráficos: Julio Loyola, Roberto Alvarado y Luisa Ortega