Vicente Fernández siempre se entregó a su público a quien le cantaba hasta que dejara de aplaudir. Ayer sus fans le devolvieron esas muestras de cariño: apenas se enteraron de la muerte de su ídolo niños, jóvenes, adultos y ancianos acudieron a la puerta del rancho Los Tres Potrillos, en Tlajomulco de Zúñiga, Guadalajara, para darle el último adiós.
Mujeres y niños lloraban por la pérdida del gran representante de la música ranchera, mientras entonaban “El Rey”, “Volver, volver” y “Lástima que seas ajena”. A mediodía ya había varios fanáticos con algunas copas encima.
A la casa de don Vicente llegaban y llegaban arreglos florales. La carretera que lleva al rancho Los Tres Potrillos lucía repleta de carros.
Lejos de Jalisco, en la Ciudad de México, algunos se reunían en la Plaza Garibaldi y fuera de México, la comunidad latina en Estados Unidos se congregaba en el Paseo de la Fama de Los Ángeles, donde tiene su estrella el cantante, para darle el último adiós. La gente llevaba fotos e incluso hasta una gran corona de arreglos florales.
El momento cúspide de la ferviente despedida a Vicente Fernández fue en la Arena VFG, propiedad del intérprete que abrió sus puertas para recibir a 10 mil fanáticos del Charro de Huentitán.
Cerca de las cuatro de la tarde comenzaron a ingresar al magno recinto de espectáculos, mientras todavía se hacían los últimos arreglos para recibir los restos del intérprete. A las 18:50 horas el público se puso de pie para aplaudirle al ídolo: el mariachi que siempre acompañó a Chente cargó el ataúd para colocarlo en el escenario que lucía con músicos, una imagen de la Virgen de Guadalupe, una figura de Cristo y seis coronas de flores.
Mientras el féretro ingresaba a la Arena VFG un mariachi entonaba “El Rey”, que los fans cantaron a todo pulmón. Al final de la interpretación, los presentes comenzaron a gritar: “¡Chiquitibum a la bim bom ba, chiquitibum a la bim bom ba. A la bio, a la bao, a la bim bom ba, Vicente, Vicente, ra ra ra!”.
La primera guardia estuvo a cargo de Gerardo, Vicente y Alejandro, hijos del Charro de Huentitán, mientras se escuchaba el tema “México lindo y querido”.
Después tocó el turno de María del Refugio Cuquita Abarca, quien estaba desconsolada por la muerte de su gran amor. El Potrillo abrazaba a su madre mientras cantaba de manera emotiva “Amor de los dos”, tema que llegó a interpretar a dueto con su padre.
La tercera guardia de honor estuvo a cargo de los nietos del intérprete, entre ellos Álex Fernández. Entre los artistas que fueron a despedirlo se vio a la dinastía Aguilar, encabezada por Pepe Aguilar, quien estuvo acompañado de sus hijos Ángela y Leonardo y su esposa, Aneliz Álvarez.
Aunque había momentos solemnes, durante el gran homenaje en la Arena VFG, también se percibía un ambiente de celebración como le gustaba al gran charro, quien solía festejar su cumpleaños en grande: con mucha música, así como ayer lo despidieron.
Uno de los momentos más emotivos fue cuando el mariachi interpretó “Le pese a quien le pese”, una de las canciones más queridas de Chente.
Cuando se entonaba el gran éxito de Vicente Fernández “Estos celos”, los fans cantaron a todo pulmón y prendieron las lámparas de sus celulares. También se escucharon éxitos como “A ella” y “Guadalajara”.
Después de que la familia y amigos cercanos al intérprete de “Mujeres divinas” montaron las guardias de honor, los fans del también actor comenzaron a desfilar para poder darle el último adiós al gran charro cantor.
Largas filas se veían para ingresar para poder subir al escenario donde estaba el féretro del cantante. A los asistentes se les pedía usar cubrebocas para respetar las medidas sanitarias por la pandemia.
En este gran homenaje al titán de la música ranchera, las puertas de la Arena VFG permanecerán toda la noche abiertas para que ningún fan se quede sin decirle adiós.
Hoy a las 15:00 horas se realizará una misa de cuerpo presente en el recinto y posteriormente tendrá lugar de manera privada el entierro en su rancho.