Indiana Jones y los ejecutivos de Walt Disney Co. y de Lucasfilm hicieron este fin de semana un descubrimiento un tanto desalentador. Los espectadores no acudieron en masa al cine para ver Indiana Jones y el dial del destino y despedirse del actor Harrison Ford como el icónico arqueólogo.
La cinta, cuyo presupuesto superó los 250 millones de dólares, se situó por debajo de las previsiones, con una recaudación de 60 millones de dólares en cuatro mil 600 salas de cine de Estados Unidos y Canadá, según las estimaciones del estudio publicadas ayer.
Incluyendo los 70 millones de dólares de proyecciones internacionales en 52 mercados, la quinta entrega de la saga celebró una apertura mundial de 130 millones de dólares. Ha conseguido fácilmente ubicarse en la cima de la taquilla, pero no ha sido la gran despedida que muchos esperaban para uno de los personajes más emblemáticos del cine moderno. Disney prevé recaudar 82 millones de dólares en Estados Unidos durante el fin de semana festivo por el Día de la Independencia y 152 millones en todo el mundo.
En esta entrega, el veterano James Mangold tomó las riendas del guion, aprobado por Spiel-berg, en el que el Dr. Jones, ya mayor, se retira de su trabajo en la universidad y se embarca en una nueva aventura con su ahijada Helena (Phoebe Waller-Bridge).
La película se estrenó con bombo y platillo en el Festival de Cannes en mayo, con una celebración digna de Ford, que ha dicho que ésta era la última vez que interpretaba al personaje.