El plan parecía ir siniestramente de maravilla con Los intrusos, película disponible en cines abiertos del país (como en Colima y Guanajuato), que posee un espíritu de serie B, tal como lo dicta la fórmula; es decir, de manera inversamente proporcional al de los protagonistas.
Un puñado de jóvenes, interpretados con mucha convicción por un reparto encabezado por Maisie Williams —Juego de Tronos—, que, justificando sus acciones en el hecho de pertenecer a una clase baja y sin oportunidades, decide irrumpir en la casa de una pareja de ancianos mientras éstos salen, para forzar una supuesta caja fuerte y, de paso, llevarse lo que se encuentren. Como era de esperarse algo sale mal y todo se complica, sumergiéndoles en un terrorífico pasaje.
Los rasgos de los personajes se definen con solidez: la combinación de una pareja y su relación tóxica con la necesaria presencia del sujeto sin escrúpulos, que habrá de forzarlo todo, y del acostumbrado bueno para nada marcado por una trágica pérdida, logra despertar en el espectador un sentimiento de desagrado por ellos, debido a lo que están por hacer; pero, al mismo tiempo, de compasión por lo que les espera y, aunque no se sabe qué es, sí se tiene la certeza de que será algo terrible.
Entre atmósferas recargadas, la gestual exacerbada y la intensidad emocional que es constante, se van dando a cuentagotas ciertas revelaciones, estirando la tensión que sólo otorga pequeños respiros tras cada uno de los contados estallidos de violencia sustentada en una especie de demencia, al menos hasta alcanzar los dos primeros tercios de un relato ubicado en la provincia inglesa, que se retuerce al llegar el momento oportuno volviéndose cada vez más incómodo.
El problema es que, al igual que a quienes vemos en pantalla, las dudas traicionan a Julius Berg, director más de experiencia televisiva —Los ríos de color púrpura—, quien, al dar rienda suelta en las secuencias más estridentes, descuida la ejecución y la congruencia con su propuesta, al grado que raya en el absurdo, terreno al que bien podría haberse internado con solvencia si hubiera aludido al humor negro como aliado, pero no lo hace y prefiere tomarse demasiado en serio.
Es así que la fuerza de Los intrusos —The Owners— se diluye y termina sólo como una entretenida pieza de terror a mitad del camino entre sus pretensiones y sus posibilidades. Otra promesa incumplida para los seguidores del género, que tendrán que conformarse con algunos momentos bien logrados, pero una conclusión insatisfactoria.
- Director: Julius Berg
- Género: Terror
- País: Estados Unidos / Reino Unido / Francia
- Año: 2020