En “Jungle Cruise” no hay engaño: se trata de una superproducción basada en la atracción de un parque de diversiones, en este caso correspondiente a Disneylandia, ubicada específicamente en Adventureland de Magic Kingdom, lo cual no es un detalle menor.
Y es que cuál si se tratara de una de ellas, presenta una travesía sin mayores pretensiones que el entretenimiento, plagada de secuencias con subidas y bajadas trepidantes, que hace efectivos los recursos digitales impulsada por el espíritu de juegos como la montaña rusa y similares.
Pero además está revestida con la visión un tanto ingenua que a mediados del siglo pasado, que tenían los estadounidenses con respecto al exotismo y el misterio que les representaban los parajes de África, Asia y América del Sur, de la cual se alimentaron títulos que van de clásicos de aventuras como “La reina de África” (1951) o “Mogambo” (1953), a referentes obligados como “Dos bribones tras la Esmeralda Perdida” (1984) y la saga “Indiana Jones”.
Es de éstas precisamente, que además retoma la estructura de la trama, con un patán encantador asociándose a una temeraria mujer, quien oponiéndose al machismo propio de la sociedad de los 30 y con la Gran Depresión en pleno, se interna en el Amazonas en busca de un mito que cree firmemente que es realidad; acompañada de su hermano cuyo estilo de estilo de vida también va en contra de los convencionalismos de aquella época.
Sin duda, un grupo de personajes diseñados para atender al necesario reclamo de inclusión y equidad de la nuestra. Por supuesto también tenemos a los acostumbrados nazis cómo antagonistas y la presencia de unos muy particulares nativos.
En “Jungle Cruise” la fórmula está completa, el problema es que resulta demasiado evidente, y el tratamiento es completamente básico, lo cual no solo provoca que la aventura sea predecible, sino que carezca de identidad y sea incapaz de crear una mitología propia.
Los elementos sacados de otras películas son muy fáciles de identificar, incluyendo un puñado de poco novedosos villanos al estilo de la franquicia de “Piratas del Caribe”, lo cual por otro lado podría tratarse de un guiño a lo que sería otro universo interconectado como el que ha consolidado Marvel, sólo que basado en atracciones de Parques de Diversiones.
Una idea que por más absurda que luzca, no debe descartarse. En fin, se trata de una propuesta a modo para el lucimiento de la siempre talentosa Emily Blunt y el carismático Dwayne Johnson “The Rock”, genérica y de “consumase rápido y olvídese después”, pero, eso sí, divertida muy espectacular.
