Cuenta la leyenda que Graciela Olmos, nacida bajo el nombre de Marina Ahedo, fue una fiera soldadera que combatió junto a las aguerridas tropas de la División del Norte de Francisco Villa, cuando apenas alcanzó la mayoría de edad; que tras ello se dedicó al tráfico de whisky, de la mano del mismísimo Al Capone, y que fundó en la Ciudad de México el burdel “La casa de La Bandida”, el cual fue frecuentado por figuras como Agustín Lara y José Vasconcelos. Es por ello que su mítica historia es “revivida” en La Bandida, teleserie que Telemundo Internacional estrena el próximo 13 de enero.
Julieta Grajales, quien interpreta a Marina Ahedo durante su juventud caudilla (Sandra Echeverría y Jenny Kay la encarnar en sus etapas adulta e infantil, respectivamente) describió a su personaje como una mujer empoderada que rompió con la misoginia y los esquemas de su época, y que, a pesar de que a lo largo de su vida vivió un sinfín de infortunios, nunca se rindió y luchó por sus ideales.
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“Ella empieza desde abajo siendo huérfana, teniendo que sacar adelante a su hermano, vive y combate en la Revolución Mexicana y tras ello se colude con Al Capone para meter alcohol al país; por ello es una figura que fue más allá del machismo. Es una mujer fuerte y que no se rinde, pues a pesar de que se cae, se levanta sin importar las adversidades y siempre tuvo la firmeza y la energía para continuar y ayudar a los demás”, expresó la histrionisa chiapaneca.
"Actualmente, tanto los espectadores como los actores, queremos vivir nuevos guiones, que sean interesantes y que podamos reencarnar; este personaje, que realmente existió, me parece increíble con tantos matices”
Julieta Grajales
Actriz
Grajales detalló que aunque La Bandida cometió diversos crímenes y que era perseguida por la ley, siempre se preocupó por el prójimo: “ella robaba e hizo otras cosas oscuras, pero también se entregó totalmente a ayudar al más débil. Creía en el prójimo, fue una especie de Robin Hood: le quitaba a los ricos para dárselo a los pobres y, para mí, eso tiene una justificación romántica”, señaló la también actriz de La taxista.
Por ello, afirmó que aunque se trata de una producción de época y que a algunas personas les podrá parecer un relato viejo, su personaje resalta el empoderamiento femenino y ayuda al espectador a descubrir que también hubo mujeres influyentes que fueron piezas clave del acontecer nacional, pero que fueron invisibilizadas.
“Yo creo que Graciela Olmos nos va a recordar esta parte de la historia, pues cuando estudiaba la materia en la escuela únicamente veía a personajes hombres. Es recordar a todas estas heroínas, a través de sus vivencias y fortaleza interna, pues ayudaron en la Revolución y fueron súper fuertes. ¿Imagina la frustración que la mujer sentía en esa época, al estar tan reprimida y subordinada por esos hombres machos que no querían que sobresaliera y que nada más la tenía en su casa?”, apuntó.
Respecto a su trabajo en la producción, Grajales destacó la meticulosa labor que se tuvo en los detalles, principalmente en vestuarios y locaciones, y afirmó que su principal reto al encarnar a la joven Marina Ahedo fue lograr sincronizarse con el caballo, “en cuanto a conectar con él y hacerle caso al director de cuándo tenía que pararlo: en uno de los ensayos me caí. No quería usar un stunt pues deseaba sentir esa pasión y acción del personaje”.
Es por esta razón que la chiapaneca reiteró que el mensaje que La Bandida transmitirá a los televidentes es de “justicia, empoderamiento femenino, solidaridad entre mujeres, de fuerza y amor”.
El dato: Se dice que a La casa de La Bandida acudían artistas como Alvaro Carrillo, José Alfredo Jiménez, Los Tres Ases, Los Panchos, Los Diamantes, Marco Antonio Muñiz, Pepe Jara, Miguel Aceves Mejía, Carlos Lico, Beny Moré y Cuco Sánchez, entre otros.