Destacan actuaciones en el FICG

El ladrón de perros, la búsqueda de una familia

Aborda la vida de un joven que decide encontrar a su padre; “que mi protagonista fuese huérfano fue el primer detonante para la historia”, comparte el director Vinko Tomičić

Franklin Aro, al dar vida a Martín en el largometraje.
Franklin Aro, al dar vida a Martín en el largometraje. Foto: Especial

En Guadalajara, Jalisco

Luego de tener dos proyecciones en el marco del Festival Internacional de Cine en Guadalajara, El ladrón de perros dejó buenas impresiones, el público destacó lo hecho por Franklin Aro, quien sostiene el mayor peso de la película. El joven intérprete debutante se llevó una Mención Honorífica a Actor Revelación dentro de la sección de Largometraje Iberoamericano de Ficción.

Da vida a Martín, un lustrabotas que trabaja en las calles de La Paz, Bolivia, quien comienza a sospechar que uno de sus mejores clientes es su padre y debido a esto, desesperado además por su situación de orfandad, está dispuesto a cualquier cosa para encontrar al padre que tanto desea tener, mientras que el tiempo corre en contra suya para concretar una adopción debido a su edad.

“Vengo trabajando con temas de relaciones de ausencia desde mi primer cortometraje, en el que vemos una relación de padre e hijo con una ausencia materna y luego en mi primer largometraje mostré una relación de madre e hijo con ausencia paterna, entonces para mi siguiente película comencé a trabajar en un personaje que no ha tenido una relación ni con una madre ni con un padre, que mi protagonista fuese huérfano fue el primer detonante para hacer la historia”, contó a La Razón el director Vinko Tomičić, para quien siempre son importantes las metáforas visuales.

“Para sostener una idea tiene que haber un impacto visual que ayude a transmitir la esencia de lo que uno quiere hablar y en este caso el oficio del lustrabotas que es limpiarle los pies a alguien es una imagen muy simbólica; yo tenía un recuerdo de un chico de mi barrio en Chile que vivía en la calle y trabajaba limpiando botas, siempre se me quedó ese recuerdo y decidí escribir una película tomando a este personaje”, continuó.

Ya teniendo claro cuál era su historia y qué personajes estarían en ella, lo siguiente para el realizador fue conseguir al elenco adecuado y después de un largo proceso de casting, el objetivo se consiguió, quedando el papel protagónico en las manos de Franklin Aro, quien debuta como actor. “Fueron como cuatro años de constantes castings que yo hacía en Bolivia [dónde sucede el filme], convoqué a jóvenes de todos los estratos sociales, me acerqué a la comunidad de jóvenes lustrabotas de Bolivia. Franklin llegó con 14 años de edad a uno de estos castings, él no quedó como entre los favoritos, pero decidí hacerle una segunda audición y ahí sentí que era él”, dijo acerca de cómo fue llegar al protagonista.

Dentro del casting el siguiente paso fue elegir a la contraparte de Franklin y ahí entró el experimentado actor chileno, homenajeado este año en Guadalajara, Alfredo Castro.