28 años de existencia, Panteón Rococó lamenta que sucesos como los feminicidios ya no sean sólo una realidad de Ciudad Juárez sino de todo el país, por eso considera que ante las injusticias “debe haber bandas que denuncien, que pongan el dedo en el renglón”.
“Somos una banda que nació casi a la par del movimiento zapatista, el conflicto sigue ahí, las cosas siguen ocurriendo de igual o de peor manera, tenemos la problemática de los feminicidios que se agudizó, son cosas que tenemos que combatir, como banda, como Panteón Rococó, es una responsabilidad y una necesidad, no podemos quedarnos ciegos ante las circunstancias.
“Somos una banda que sale a la calle y experimentamos el día a día como cualquier ciudadano y eso es parte lo que nos da para escribir sobre ciertas cosas que no nos laten”, afirmó ayer Dr. Shenka sentado en uno de los vagones del Tren Suburbano, donde ayer la agrupación sorprendió con un pequeño show.
La banda arribó a la estación Buenavista cerca de las 12:00 horas acompañada de un equipo de seguridad que la custodió para ingresar al vagón de un tren. Sólo unos afortunados fans fueron testigos de tal suceso.
Dr. Shenka (voz), Rodrigo Bonilla (guitarra) y Darío Espinosa (bajo), además de otros músicos con un cajón peruano y una trompeta, se instalaron.
Antes de que entraran sus seguidores, Rodrigo Bonilla comenzó a silbar la canción “Historia de un adiós”, que es uno de los temas que interpretan los cantantes callejeros. Cuando entraron los fans comenzaron los gritos y como el espacio era muy reducido no faltaron los gritos de “siéntense” y “no veo”, pero eso no impidió que disfrutaran del show que arrancó con el cover de Camilo Sesto “Vivir así es morir de amor”, al que le siguió “¿Qué pasará?”.
Casi al llegar a la estación San Rafael sonó “Fugaz” y después “Vendedora de caricias”. Dr. Shenka bromeaba diciendo que los aplausos tenían que durar hasta llegar a la próxima parada. La música a veces se mezclaba con la voz femenina que anunciaba a qué destino llegaban los usuarios del Tren Suburbano, que con estos conciertos celebra sus 15 años.
Panteón Rococó cerró con “La dosis perfecta” en una versión acústica que detuvo el slam que habitualmente hacen sus fans en un concierto masivo. Cantaron hasta que sonó el “próxima estación, Cuautitlán Izcalli”.
Para la banda fue como una reunión entre amigos. “Cuando hacemos este tipo de cosas no las ensayamos, recordamos cuando te juntas con tus amigos, y nos volteamos a ver y pensamos ‘cual tocamos’ y echamos una y la que sigue, y la que sigue, sale todo muy espontáneo, es regresar a la raíz”, dijo Rodrigo Bonilla después del show y de regreso a Buenavista.
Dr. Shenka destacó que fue salirse de las comodidades que implica un concierto en un gran escenario: “Hacemos esto porque nos gusta, es una magia hermosa estar con la gente, salirnos de la zona de confort, reforzar todas las cosas de ese vínculo musical que ya tenemos que nos ha mantenido juntos ya por tres décadas, aquí lo chido es que la banda nos escuche, a mi me hubiera gustado, que mi banda favorita lo hiciera cuando era chavo”.
