¡Que viva México! reúne a destacados actores, Alfonso Herrera, Ana de la Reguera, Damián Alcázar y Joaquín Cosío, quienes consideraron en entrevista con La Razón que los personajes que representan han sido un obsequio de Luis Estrada.
Damián Alcázar y Joaquín Cosío, cada uno da vida a tres personajes contradictorios. El primero a un cura, al papá de Pancho y a un político corrupto; y el segundo a un policía, al abuelo Francisco y a Rosendito.
“Es un obsequio de Luis, un gran regalo para nosotros, lo que buscas es eso, representar personajes; entonces, de pronto te dan tres en la misma película y lo disfrutas muchísimo. Nos la pasamos muy bien, esa posibilidad de hacer varios papeles es algo que no puedes más que agradecerlo, la diversión se triplica”, aseguró Cosío.
Alcázar señaló que, si bien sus personajes son distintos, un elemento que los une es la avaricia. “Ésa es la crítica, la familia es la sociedad, sí, intolerante, envidioso, arribista, clasista, político, religioso, paternal”, manifestó.
Para Alfonso Herrera dar vida a Pancho fue también como hacer tres personajes, el hombre “fifí”, el que se enfrenta a la sociedad y el que ésta abandona brutalmente. “Llegó un punto en el que dije, Panchos somos todos, es México. Tiene cosas mías, de mi familia, de mi padre, de muchos otros familiares, de amigos. Es el arco perfecto, un arco soñado para cualquier actor, cómo empieza y cómo termina es una epopeya y algo bastante disfrutable de hacer”, apuntó.
Ana de la Reguera, quien da vida a Mari, la esposa de Pancho, reconoció: “Tengo mucho de ella también, mi familia también, hasta los pobres son racistas, todos somos, seamos ricos, pobres. Mari es la más, porque justamente Pancho es superclasista y racista, pero se hace el bueno, pero ella no, no le importa ser buena persona, ella se quiere ir a Miami, quiere tener casas y coches, eso es lo que quiere porque es lo que le inyectaron”.