Por encima de la evidente falta de originalidad de la cual adolece la trama de la película animada “Raya y el último dragón”, está la consistencia y efectividad en el propósito de refrescar el concepto de las princesas Disney, así como la claridad del mensaje sobre la búsqueda de la comprensión al otro —algo que es más importante que la tan traída y llevada tolerancia—, de una película que además compensa lo primero, con la imaginería alimentada por los mitos y las leyendas del Sudeste asiático, que le sirven para darle forma a un universo fantástico postapocalíptico, seductor y colorido.
Siguiendo los lineamientos del tradicional viaje del héroe, en “Raya y el último dragón” vemos cómo una joven guerrera, tras vivir una tragedia siendo niña, durante el mismo evento que separó los clanes de su tierra y sigue consumiendo a los pobladores, va en busca de los fragmentos de un objeto que traerá de vuelta el poder de los dragones para así restablecerlo todo.
En el camino habrá de ir superando distintas pruebas, hasta comprender cuál es el verdadero sentido del sacrificio, mientras encuentra a quienes habrán de convertirse en sus aliados, muy al estilo de las películas del mítico director Akira Kurosawa.
El desarrollo es ligero, con combates trepidantes que retoman los códigos del western, así como los rasgos coreográficos del Wuxia y el cine de artes marciales, apostando por puntos de vista rebuscados y a veces imposibles, con tomas abiertas y en picada, para estirar los puntos de tensión, en la medida justa para mantener el espectáculo, sin que las secuencias de acción lleguen a reclamar todo el protagonismo.
Lo mismo sucede con los toques de comedia, que nunca caen en la sucesión de chistes para provocar la explosión de carcajadas, sino que sirven para hacer transiciones y vestir temas como el desamparo. Y por supuesto hay drama, pero sin que este se desborde, dejando que la reflexión sea la llave para conmover al espectador.
Es la sutileza a la hora de acomodar dichos ingredientes, la que ofrece un escenario equilibrado e ideal para matizar personajes, que aunque se trabajan sobre arquetipos, nunca se recargan demasiado en alguno de los extremos de los vicios y las virtudes. Incluyendo una protagonista con todo el espíritu de la tradición de los aventureros buscadores de reliquias, que afortunadamente no viene acompañada del consabido interés romántico, y funciona a la perfección como vehículo para consolidar el necesario empoderamiento femenino dentro de la oferta animada que a lo largo de tantas décadas ha ofrecido la “Casa del Ratón”, ésta es la película número 59.
Como extra, junto a “Raya y el último dragón” se estrena el acostumbrado corto animado, en este caso con el título “Nosotros de nuevo”, el cual presenta una historia simple pero llena de nostalgia, que utiliza el baile para darle el protagonismo total a los sentimientos, una pequeña delicia. Ambos estarán disponibles en la plataforma Disney Plus a partir de este jueves 4 de marzo. El próximo viernes 5 de marzo, el filme estará disponible en algunos cines del país y en Autocinema Coyote, el 4 de marzo.
AG
