Se aprecia el intento por elaborar una mitología propia refiriendo producciones emblemáticas como "Star Wars" y su espíritu western, "Los Siete Samuráis", de Akira Kurosawa, y hasta novelas clásicas, como "John Carter" —que ya cumple más de 100 años— y hasta la distópica "1984", de George Orwell, pero la falta de rigor en la narrativa que busca refugiarse con la cuestión estética y los efectismos, sólo hace evidente que "Rebel Moon parte I: la niña del fuego" es más un compilado de elementos muy conocidos sobre una estructura simple y predecible, que un homenaje.
En esta aventura, sobre una chica de pasado tormentoso que con tal de proteger a la colonia que le ha acogido, se aboca a reclutar un grupo de guerreros y forajidos para enfrentar el acoso de las fuerzas del imperio que oprime la galaxia; a pesar de tomarse bastante tiempo para la que de por sí se plantea como la primera entrega de una saga —dura poco más de dos horas—, nunca se terminan de sustentar de acuerdo a su ficción lo que de por sí no son sino situaciones arquetípicas, debilitando así la fuerza dramática del relato al que tampoco le ayuda la obviedad en la ejecución y resolución de las confrontaciones.
Del mismo modo, las motivaciones de los personajes son endebles o prácticamente inexistentes, como cuando éstos eventualmente deciden unirse a la causa rebelde alrededor de la cual gira el asunto. Pero aún peor es que todo obedece al afán de mantener un supuesto misterio que a la mera hora deja de importar, basta mencionar el momento en que la protagonista prácticamente cuenta su origen porque “pues el guion dice que ya le toca.”
Se trata de dos aspectos que, por más simple que sea la trama y se trate de la primera parte de un relato mayor, son básicos para hacer funcionar el mecanismo, incluso cuando como en este caso sólo se trata de un vehículo de entretenimiento que, aunque tendrá una proyección limitada en algunos cines, está destinada a la plataforma de Netflix.
Al final, lo único que se puede destacar de "Rebel Moon parte I: la niña del fuego", son los diseños de las insólitas criaturas y de los imponentes vehículos, los escenarios de futurismo alimentado de anacronismo tecnológico y las descarnadas visiones militares con las que se representa la pesadilla del totalitarismo, además, por supuesto, de la convicción del reparto, encabezado por una Sofia Botello en claro ascenso.
Es increíble que con Zack Snyder —"Army of the Dead" (2021)— de nueva cuenta se tenga que esperar a que llegue la ya anunciada y kilométrica “versión del director”, para que se rellenen los huecos tras las costuras de su propuesta con fallidas pretensiones de alcanzar la grandilocuencia de los clásicos de la Space Opera, y entonces quizás ya se cuente con algo de solidez.