Aunque quizás el agregado en español del título pudiera obedecer a la acostumbrada necesidad de las distribuidoras por explicar de más al espectador, en este caso resulta que no es tan literal y sí conecta con uno de los rasgos que definen la relación de las protagonistas, el cual se convierte en el principal detonador para Relic: herencia maldita, de Natalie Erika James, producción australiana. Una sugestiva y sorprendente mezcla de géneros.
Específicamente nos referimos a la incomunicación, que como una especie de oscuro legado familiar, desde un principio queda claro que es lo que ha resquebrajado los vínculos entre las tres mujeres de distintas generaciones a las que les seguimos los pasos, lo que a través de las grietas que se han acentuado con el abandono, ha permitido que se cuele el más recalcitrante de los miedos, ése que proviene de lo cotidiano, y además se alimenta de nuestra incapacidad para entender y enfrentar el deterioro físico y mental que llega en el trecho final de la vida, y pareciera que va a convertirnos en extraños, en esos “otros”.
Atendiendo mucho más al drama de fondo para encontrar el origen de la pesadilla dentro de temas poco usuales, y apuntarse en la línea de estupendas propuestas que han llegado para refrescar el género del terror como Su Casa, estrenada en 2020 por Netflix, o ¡Huye! (2017) de Jordan Peele —que retoman cuestiones más bien sociales—; aquí no hay lugar para los sobresaltos baratos o los efectismos.
Es la contención emocional lo que se convierte en el motor que estira la tensión, utilizando los diálogos como ganchos para sumergir al espectador en atmósferas que se alimentan con la inquietud de lo que no se dice, de lo que se queda atorado en la garganta, y aquí va asfixiando hasta explotar en el último tercio, a través de pasajes salpicados de horror físico.
Sólo entonces el relato cede un poco a la fórmula y recorre algunos lugares comunes de las películas de casas embrujadas, pero aun así el empuje sostiene la propuesta.
Es espeluznante y casi sádica la lucidez con la que la directora logra hacer real en pantalla ese ejercicio de evasión al que el ser humano recurre para evitar reconocer en los demás su propia naturaleza. Relic: herencia maldita llega a los cines del país.
- El dato: Para concebir la cinta, la directora se inspiró en su abuela quien padecía Alzheimer.
