“Y mientras tanto, en el Salón de la justicia… digo… con la Sociedad de la Justicia…”ah no, tampoco… ejem, en "¡Shazam¡ la furia de los dioses", una vez más es la candidez retomada de los cartoons clásicos con sus paladines bajando gatos de los árboles o rescatando personas de puentes que se caen; lo que le permite sortear la falta de rigor a la hora de generar las complicaciones alrededor de la amenaza representada por tres diosas griegas —interpretadas por Hellen Mirren, Lucy Liu y Rachel Zegler—, quienes buscan recuperar aquello que hace cientos de años les robaran los mortales.
Esto queda evidente sobre todo en los momentos más álgidos, cuando vemos que retrasan las reacciones del protagonista que pareciera simplemente quedarse a platicar entre un ataque y otro, para de ese modo estirar la tensión y que sobrevenga la predecible consecuencia de los actos de sus compañeros, llevándole entonces a enfrentar disyuntivas obvias que al final gracias a sus habilidades extraordinarias no lo son tanto, dígase volar a salvar a alguien mientras de manera simultánea debe recuperar el objeto de poder que buscan los villanos en turno, o similares.
Sólo gracias a la hábil integración de la autoparodia y la comedia ligera, es que dicho recurso se valida dentro de la simpleza de la estructura, manteniéndose fiel al tono de su predecesora para así ofrecer un congruente desarrollo del personaje central, quien sigue en el intento de descubrir que es lo que le hace un digno portador del poder de Shazam, para así por fin convertirse en un digno defensor de la justicia, mientras como cualquier adolescente enfrenta la incertidumbre que provoca el encaminarse al mundo adulto.
De ahí es que también surge el mensaje sobre la importancia de la familia y de respetar los procesos y necesidades de sus integrantes, pese a que cuando en este caso estos se quedan sin superpoderes, el director realmente no sabe que hacer para mantenerles dentro de la acción en lo que se prepara el clímax de la historia, del cual por supuesto tienen que ser testigos para aumentar el dramatismo.
Se trata pues de una aventura clara en sus objetivos, que, aunque ya comienza a evidenciar la falta de frescura en su concepto, posee identidad y alma suficiente para funcionar como entretenimiento y hasta dejar una moraleja que le apunta en la tradición del origen inspiracional del superhéroe.
Como de costumbre, "¡Shazam¡ la furia de los dioses" viene con dos escenas post créditos, mismas que son solo la confirmación de conexiones con algunas de tantas líneas arguméntales apuntadas en los diversos productos del universo DC para la pantalla.
A ello se agrega la aparición de Gal Gadot como Wonder Woman, quien siempre termina robando cámara, aunque sabemos que en su caso, al igual que Henry Cavill dejándose ver cómo Supermán en "Black Adam (2022)", obedece más al afán de darle un empujón a la taquilla, no por nada esa escena en específico también fue convenientemente liberada un par de días antes del estreno.
