Ante un panorama en el que las propuestas nacionales que pisan fuerte la cartelera, son desangelados e innecesarios remakes que solo evidencian la pobreza de ideas de los involucrados -La Boda de mi Mejor Amigo, Como si fuera la primera vez- o descaradas mezclas de líneas argumentales sacadas de otras producciones como lo hacen en Tod@s Caen -que no es sino un licuado de Cómo perder a un hombre en 10 días, Hitch, y humor tipo Sabadazo-, siempre se agradece la llegada de películas que sin abandonar una clara vocación de entretenimiento, irradian frescura, poseen identidad y se preocupan por lo que tienen contar.
Ese es el caso de Todas las pecas del mundo, cuya trama que sigue los pasos de un estudiante de secundaria recién llegado al plantel, y su afán por conquistar a la chica que ha escogido para que se convierta en su novia, entre los cuales está el participar en un torneo de futbol y además ganarlo; es un divertido pero poco condescendiente retrato del adolescente mexicano promedio, con todo y sus pequeñas grandes obsesiones, sus cambios de humor y su particular forma de relacionarse y de interpretar el amor.
[caption id="attachment_1016461" align="alignnone" width="696"] Foto: Especial[/caption]
Y es que aunque de inicio el director Yibrán Asuad, juega a presentar personajes estereotípicos -dígase el amigo perdedor, la compañera desenfadada, la chica rubia inalcanzable con el novio perfecto-, conforme la trama avanza y deambula por lo que en otras circunstancias serían lugares comunes, estos van develando que sus personalidades poseen una mayor variedad de matices, con reacciones que saltan de los lineamientos propios de la fórmula y dan pie a simpáticas situaciones con las que resulta muy fácil identificarse, y en donde sin tomarse demasiado en serio, se dimensiona lo intenso y agridulce que puede resultar esa convulsionada etapa de la vida.
Por si lo anterior fuera poco, Todas las pecas del Mundo se desarrolla en 1994, apuntándose en la tendencia de la autoreferencia que actualmente permea gran parte del entretenimiento -Stranger Things, Ready Player One-, pero sin perder un ápice de autenticidad. Es de esta forma que durante todo el trayecto, entre una buena cantidad de guiños a la fiebre mundialista del futbol, aparecen prácticas emblemáticas de aquella época -beber los frutsis haciéndoles un orificio en la parte de abajo por ejemplo-, así como diversos objetos de uso diario, como walkmans y casetes, que además se convierten en detonadores para el desarrollo, lo mismo que las canciones que no solo refuerzan el efecto nostalgia, sino que adquieren un efectivo sentido dramático.
[caption id="attachment_1016462" align="alignnone" width="696"] Foto: Especial[/caption]
Es cierto que hay algunos cabos que quedan sueltos en el camino, amén de que hay un par de personajes secundarios que no terminan de ser aprovechados, pero eso no afecta el resultado que apoyado por la naturalidad del desempeño del reparto juvenil, que incluye a Loreto Peralta -la otrora niña protagonista de No se aceptan devoluciones-, sorprende por su autenticidad y sin duda se pone por encima de las comedias mexicanas estrenadas recientemente.
http://www.youtube.com/watch?v=EAEGcfxIVBg