Talina Fernández murió a los 78 años a consecuencia de una leucemia devastadora, motivo por el cual toda la farándula se despidió de ella, física o virtualmente, en espera de que sus últimos momentos de vida hayan sido tranquilos y sin dolor.
Al respecto, su hijo Patricio Levy reveló a los medios cómo fueron los últimos días de vida de Talina Fernández, los cuales no fueron tan pacíficos como todos hubieran deseado.
Sobre la enfermedad, el hijo de la famosa dijo que, en un principio, Talina no iba a sufrir: “era un diagnóstico donde tenía posibilidades, que con unas inyecciones podía pasarla bien y podía vivir unos años más, pero que iba a ser controlable”.
“El pronóstico era una enfermedad que probablemente no se iba a curar, pero no iba a sufrir, la íbamos a controlar”, añadió.
Sin embargo, Patricio reveló que tras aplicarse un medicamento, Talina empezó a sufrir mucho: “se puso su inyección y de repente empezó con dolor de huesos, con dolor de espalda y empezó a llorar, a decir que no aguantaba el dolor… y resulta que una de las reacciones podía ser este dolor de huesos por culpa de la inyección”.
“Entonces le dije ‘Ahí viene un doctor, viene una persona que te va a canalizar, tienes que estar hidratada, es una reacción a la inyección’”, abundó el hermano de Coco Levy.
Al siguiente día, Talina Fernández le dijo a Patricio: “Ya no aguanto, llévame al hospital por favor”, tras lo cual la llevó al hospital, a urgencias: “le metieron calmantes para tratar de quitarle el dolor… Nada funcionó”.
Finalmente, el hijo de Talina fue abordado por un doctor, el cual le notificó del funesto e inminente destino de su mamá: “Pato, yo no sé cómo ni de qué manera, pero en 48 horas avanzó de ser una cosa tratable a una cosa que ya no puede ser tratable”.