La directora del Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine), María Novaro, consideró que es necesario encontrar un balance para que el cine mexicano se vea en plataformas y salas convencionales, pues hay filmes que se estrenan directamente en streaming que ya no se exhiben o sólo llegan a algunos circuitos independientes, tal fue el caso de El último vagón, producido por Netflix y dirigido por Ernesto Contreras, que se proyectó en la Casa del Cine; y Ruido, distribuido por Netflix y realizado por Natalia Beristáin, el cual se apreció en la Cineteca Nacional y el Cine Tonalá, por mencionar algunos.
“Sigue faltando promover al cine mexicano de manera correcta. El tema es que a veces las propias plataformas no autorizan la exhibición cinematográfica, pensamos que eso no es bueno. Hay varios asuntos que hay que ordenar y entender a cabalidad, tenemos que encontrar el equilibrio que las privilegie, que se vean en el cine y también en las plataformas”, afirmó en entrevista con La Razón María Novaro.
Una de las últimas controversias que hubo al respecto fue cuando el director Luis Estrada compró a Netflix los derechos de su largometraje ¡Que viva México!, debido a que no llegaron a un acuerdo de exhibición. Él quería que se le diera el mismo trato que tuvo Bardo, falsa crónica de unas cuantas verdades, de Alejandro González Iñárritu; sin embargo, no lo tuvo.
“Originalmente había un acuerdo para que la película se estrenara en algunos cines selectos, ya que no podían estrenar en cines comerciales porque era una política inamovible de la empresa”, explicó al diario El País Luis Estrada.
En plataformas como Netflix, sólo cintas con posibilidades para competir en premios internacionales como Roma, de Alfonso Cuarón; Bardo, falsa crónica de una cuantas verdades, de Iñárritu, y Pinocho, de Guillermo del Toro, han tenido una exhibición más amplia; pero tampoco ha sido sencillo, porque incluso los realizadores de estos largometrajes han tenido que luchar para llegar a más salas.
Guillermo del Toro, con la productora Pimienta Films, estuvo buscando salas independientes, luego de que Cinemex ya no quiso distribuirla porque sólo podía estar dos semanas en cines antes de llegar al catálogo de Netflix. Mientras que el director Alfonso Cuarón lamentó que ni Cinemex ni Cinépolis hayan exhibido Roma en 2018.
“Quiero muchas más funciones en México, tenemos todas las salas que hemos podido conseguir que, tristemente, son 40. Para poner las cosas en perspectiva, en Polonia se exhibirá en 57 salas y en Corea del Sur en 50. Roma está disponible a todas las salas que la quieran exhibir”, comentó Cuarón en sus redes sociales.
Para cintas que no tienen la repercusión mediática de los directores mencionados, el panorama es aún más complejo. La caída, de Lucía Puenzo, que tuvo entre sus productoras a Amazon Prime Video, antes de su estreno en la plataforma se vio en Cinemanía o Cine Tonalá. Mientras que El norte sobre el vacío, de Alejandra Márquez Abella, se estrenó directamente en Prime Video y luego tuvo algunas funciones en el Cine Tonalá, cuando iba a competir en los Ariel.
Mientras que Familia, de Rodrigo García, se proyectó en algunos cines independientes antes de lanzarse en Netflix.
“Hemos perdido mucho con las películas que van directamente a plataforma sin haber estado en cines. El intercambio que se genera cuando se comparte con más personas, en una pantalla grande, escuchando el diseño sonoro tal cual se trabajó, es único. El cine debería siempre llegar al cine, de lo contrario estamos haciendo películas, pero no cine.
“Confío mucho en que podamos generar un diálogo inteligente con las plataformas para que la proyección en salas sea aliada. Creo que se puede ganar mucho no sólo cuantitativamente sino cualitativamente”, afirmó a este diario la actriz Natalia Plascencia, quien formó parte del elenco de Familia.
En lo anterior también coincidió la aclamada productora de filmes como Cronos y El laberinto del Fauno, Bertha Navarro: “Para mí es muy importante ver en una sala de cine las películas, porque es especial compartir la emoción con otros. Es un hecho que el estreno en cines me parece importantísimo y luego pasar a plataformas y televisoras, que es una audiencia un poco diferente, porque en tu casa puedes parar la cinta, no hay ese ritual importante que es meterte en la sala del cine y es sólo la película y tú”, comentó a La Razón.
Ante este panorama, María Novaro indicó que han estado en diálogos permanentes con plataformas como Netflix y Prime Video con el fin de equilibrar la balanza; y señaló que es importante legislar al respecto.
“Hay películas que están menos fuertes para poder negociar con las plataformas ciertas condiciones, estamos buscando que eso no esté así de desequilibrado, no conviene a nadie. Todo esto es con el fin de que se legisle en algún momento, estamos estudiando cómo lo han resuelto en otros países, si es que lo han resuelto. El gran pendiente es que el cine mexicano se vea”, remarcó.
Natalia Plascencia auguró que si el panorama sigue como hasta ahora y las personas están felices viendo las películas en su celular, “el cine va a morir”.