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"Los que vuelven": una inteligente película de terror que va más allá de efectismos

La producción es una de las indispensables del Festival de Cine Fantástico Feratum; su propuesta nunca pierde solidez

Fotograma de "Los que vuelven"
Fotograma de "Los que vuelven" Foto: Especial

El lento y casi sádico transitar de la cámara que culmina en amplias postales para proyectar la abrumadora y seductora inmensidad de la selva Misionera en Argentina, así como la inquietante profundidad de sus entrañas, va delineando el escenario ideal para que sea el gutural murmullo del viento pasando por las ramas, impregnado de voces que van y vienen entre el rezo y el lamento, lo que se convierta en el lenguaje para establecer el oscuro diálogo entre una sociedad sostenida por la desigualdad y la cosmogonía indígena.

Charla que redunda en un pasaje febril provocado por una joven mujer que, a pesar de que está prohibido, invoca a una deidad presente en las cataratas del lugar, para pedirle que le regrese a su hijo. Aquí no importa si es de día o es de noche, si todo es claro o apenas se ilumina por la espectral luz proveniente de una lámpara; la plenitud de la naturaleza siempre luce amenazante y ese es uno de los principales aciertos de la directora Laura Casabé —“La valija de Benavidez” (2016)—, en “Los que vuelven”, en conjunción con el cine fotógrafo Leonardo Hermo, a quien en este sentido hay que darle una buena parte del crédito.

A veces la cámara en mano hace lo suyo para poner al espectador en los zapatos de alguien que huye desesperado entre la maleza, dejando que su respiración provoque espasmos de intensidad en el desarrollo del relato.

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Por su parte, las tomas mostrando la violenta caída del agua que se estrella en las rocas, sirven tanto para provocar los sobresaltos como para hacer las inquietantes transiciones, entre secuencias cuyas atmósferas de desazón empujan a un drama ubicado a principios del siglo pasado, a vestirse de terror sobrenatural, encontrando la fuente del miedo en el ir y venir entre lo místico y lo social; teniendo a la maternidad como línea principal, y como fondo un testimonio sobre la voz femenina que tantas veces ha sido condenada a la implosión.

La estructura está divida en tres partes y puede llegar a dejar algunos elementos al aire en el camino; sin embargo, nunca pierde la solidez en relación a su propuesta y, al igual que George Romero con sus muertos vivientes, se válida en la exploración de los efectos y no en la de las causas.

Sin duda, “Los que vuelven” es un vehículo de terror inteligente, que va más allá de los efectismos y se pone por encima del promedio. Es una de las indispensables del Festival de Cine Fantástico Feratum, que actualmente se lleva a cabo en Tlalpujahua y Pátzcuaro; además de que se puede ver en Cinépolis Klic.

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