Una fila de más de 100 personas, sin guardar la sana distancia recomendada por la pandemia de Covid-19, espera en los portales del Ayuntamiento panista de Tecoh, en Yucatán; es 7 de abril y el pollo se vende en 10 pesos el kilo, como apoyo alimentario.
En Baja California, un hombre de la tercera edad carga una despensa sentado en una silla de ruedas, con su bata a cuadros, afuera del domicilio. En las piernas lleva una caja, sostenida sólo por una mano, que deja leer el rótulo con los colores de Morena, que dice “Despensa, bienestar social”.
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La imagen queda en las redes de la Oficialía Mayor del gobierno del estado.
Del mismo modo, en Coahuila, en el escaparate digital se exhibe el llamado “PaqueteQuedesEnCasa”, el apoyo a familias de bajos recursos que ofrece el gobernador Miguel Riquelme, el cual se entrega en una caja con letras en los colores del PRI.
Escenas como éstas se repiten en varias entidades, de acuerdo a un seguimiento realizado por este medio; respecto a ello, Javier Santiago, del Departamento de Sociología de la UAM Iztapalapa, explica a La Razón que cualquier uso del “clientelismo electoral es totalmente inaceptable”, en cualquier época y más aún mientras se vive la pandemia.
El también investigador de procesos y sistemas electorales añadió que cualquier beneficio que se otorgue a la población durante la contingencia por Covid-19 —sean despensas o apoyos económicos — debe hacerse bajo las medidas establecidas por las autoridades para resguardar la salud de la población y fuera de un ámbito político o electoral.
INMORAL. El especialista en temas electorales consideró que una vez que pase la contingencia se tendría que investigar estos casos, ya que si se trata de entregas con recursos públicos, se podría incurrir en un castigo de tipo penal, no únicamente administrativo.
Santiago Castillo detalló que el clientelismo electoral consiste en generar el favor de la población por medio de dádivas, que “en un país como el nuestro, con la carencia que hay, la población es susceptible”.
“Ha habido casos de legisladores que han repartido despensas con su nombre; eso podría considerarse un acto de precampaña anticipado que podría ser sancionado por la autoridad electoral. Al menos conozco un caso hoy, que leí en la prensa”, dijo.
Es también 7 de abril, y a mil 603 kilómetros de distancia, en Acapulco, Guerrero, la alcaldesa de Morena, Adela Román, porta sólo una careta de acetato y carga bolsas transparentes con alimentos no perecederos, yendo casa por casa para entregar el apoyo.
Las fotos son captadas en el momento exacto del paso del paquete a gente que, sin ninguna medida de precaución de contagio, le abre la puerta para recibirlo.
No sólo los gobernantes, también los partidos participan en el reparto de apoyo con un mensaje proselitista. Es el caso de Omar Bazán, diputado local y dirigente estatal del PRI en Chihuahua, quien con bolsas rotuladas con su nombre da ayuda para la militancia en un reparto casa por casa.
El 11 de abril liberó el programa #PriEnTuCasa, “en apoyo a la economía familiar frente a la contingencia por el Covid-19”, expone.
Del PAN, el alcalde Julián Zacarías, en Progreso, Yucatán, implementó, al igual que su compañero de partido en Tecoh, Felipe May, el reparto de pollo.
Zacarías regaló el alimento perecedero durante una caminata por colonias del puerto, en una iniciativa llamada Progreso para todos.
El dato: Antes de la pandemia, la CEPAL preveía que la región crecería un máximo del 1.3% en 2020. Sin embargo, los efectos de la crisis pronostican una caída de 1.8%, al menos.
“No me gusta utilizar la palabra inmoral, pero es totalmente inmoral, es antiético utilizar el clientelismo electoral en estos momentos de la pandemia. Muestra la poca calidad humana que tienen, no digo que todos, ciertos políticos. Buscar el lucro político en esta circunstancia, aprovechando la vulnerabilidad de la población”, puntualizó acerca de la situación, el investigador.
Recientemente la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) advirtió que la la desprotección de los sectores más pobres ante la emergencia por el coronavirus podría causar estallidos sociales.
Con información de Frida Sánchez
