Las administraciones morenistas de Tabasco y Puebla no sólo se pronunciaron a favor de la ley aprobada en el Congreso de Oaxaca, para prohibir la venta de alimentos y bebidas con alto contenido de azúcares a menores, además plantearon la posibilidad de impulsarla en sus estados.
Ayer, el gobernador de Tabasco, Adán Augusto López, dio a conocer que la próxima semana enviará una iniciativa de reforma a la Ley General de Salud al Congreso local, similar a la que se aprobó en Oaxaca.
Aunque no dio detalles, dicha propuesta también se perfila a limitar la comercialización y promoción de comida chatarra entre los más pequeños.
“Debemos regresar a la alimentación tradicional y hay que iniciar con los niños para que vayan educándose”, externó el Ejecutivo tabasqueño ayer.
López Hernández argumentó que la pandemia de Covid-19 enseñó que deben promoverse prácticas de nutrición saludable para prevenir enfermedades.
De acuerdo con el gobernador, dicha reforma apoyará la estrategia nacional de incluir en los planes educativos de nivel básico la asignatura de Vida Saludable, para que las familias, en la medida de sus posibilidades económicas, den a los menores alimentos nutritivos.
Más temprano, el gobernador de Puebla, Miguel Barbosa, reconoció a los legisladores de Oaxaca por aprobar “una buena propuesta” y aprovechó para abrir la puerta a replicarla “en beneficio de la salud de los poblanos”.
“Los oaxaqueños pusieron un pie adelante, deberíamos ponerlo en práctica, porque además ya forma parte de la Ley de Educación”, declaró.
El pasado miércoles, el Congreso de Oaxaca aprobó una adición a la Ley de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes del estado, tras permanecer casi un año en análisis.
La modificación prohíbe la venta y distribución de estos productos a menores de 18 años, quienes podrán tener acceso a esos alimentos sólo si están acompañados de un adulto y si éste se los da.
La reforma aún debe ser promulgada por el gobernador Alejandro Murat, quien ha evitado pronunciarse.
En el Congreso de la Unión, el tema también generó polémica. La diputada de Movimiento Ciudadano, Martha Tagle, integrante de la Comisión de Salud en la Cámara baja, consideró que la iniciativa hará bien a la niñez de Oaxaca. “Habrá presiones del sector de la comida industrializada para que esta reforma se caiga o existan amparos o impugnaciones, pero es buena idea que a los niños no se les pueda ofrecer esta comida”, indicó.
Tagle sostuvo que la ley debe ir acompañada de otras que se trabajan desde el Poder Legislativo, como el etiquetado de alimentos, la promoción de la actividad física ey la integración de alimentos saludables a las cooperativas, entre otras.
“Cualquier medida que ayude a alejar a los niños de comida chatarra es buena, pero no deben ser las únicas, falta un proceso más complejo para lograr que los ciudadanos retomemos los buenos hábitos alimenticios”, agregó.
El panista Éctor Jaime Ramírez, secretario de la Comisión de Salud, admitió que “los menores de edad deben de ser protegidos para no consumir estos productos”, pero lamentó que no exista una estrategia para medir los resultados y garantizar que la prohibición se cumpla.
“El remedio no puede ser peor que la enfermedad, me parece que es una medida regular porque el impacto de esa prohibición no va a resolver el problema, interponer medidas punitivas requiere también de una estrategia para lograr que realmente se cumpla”, comentó.
Y advirtió que al decreto le puede pasar lo mismo que a la ley del tabaco, que desde hace más de 12 años prohíbe los cigarros al menudeo “y en todos lados siguen vendiendo cigarros sueltos, entonces, de qué sirve haber hecho esa ley si al final no existen los instrumentos jurídicos para ejecutar esa orden”.
- El dato: Casi un tercio de menores en edad escolar en Oaxaca padecen obesidad; éste es el argumento base que impulsó la reforma que se aprobó el pasado miércoles, con mayoría de Morena.
Con información de Antonio López
