Dueños y trabajadores de salones de fiesta infantiles protestan en la Secretaría de Salud de Nuevo León para exigir la reapertura de estos negocios.
“Queremos trabajar”, se lee en las pancartas de quienes de manifiesta de manera pacífica para solicitar al titular de la dependencia, Manuel de la O, se les permita reanudar labores, luego del cierre de estos centros, mismo que se ha prolongado por siete meses.
Señalan que debido a la pandemia, se han quedado sin ingresos, lo que les impide pagar a sus empleados y 50 establecimientos de este giro ya tuvieron que cerrar de manera definitiva.
Los propietarios de los centros comentaron que pese a la falta de recursos, ya invirtieron hasta 10 mil pesos en el material para garantizar la sana distancia y aplicar los protocolos sanitarios, como la toma de temperatura, aplicación de gel antibacterial, y hasta han tomado cursos para reabrir con aforos limitados.
Incluso comentaron que la dependencia estatal ya se ha realizado operativos para verificar las condiciones en que se encuentran para ver si se les permite recibir nuevamente a clientes, pero hasta el momento no les han dado luz verde.
Además, muchos de ellos aseveraron ya no pueden seguir pagando sus rentas porque en este periodo se quedaron sin ingresos y no han recibido ningún tipo de apoyo, pese al cierre.
De acuerdo con los manifestantes en el sector hay más de siete mil personas afectadas den más de 250 salones, sin contar a proveedores.
srv