Controlan el fuego al 90% y lo extinguen al 60%

“En Tepoztlán, el fuego te dice lo vulnerable que somos”

Las llamas consumen el equivalente a 2.1 veces el Bosque de Aragón; habitantes se suman a brigadistas y hacen colectas de material; veterinarios protegen a la fauna local

Brigadistas combaten el incendio en Tepoztlán, ayer.
Brigadistas combaten el incendio en Tepoztlán, ayer. Foto: Especial

“Hoy amanecí muy lastimada de los brazos, piernas, pies y manos. Me duele todo y tengo heridas. Ya no estaban dejando subir a ayudar en el cerro a brigadistas no profesionales como yo... así que apoyamos desde otros lados”, escribió en Twitter Sofía Probert, en el cuarto día de haber comenzado el incendio en el Parque Nacional el Tepozteco.

La estudiante de biología es una de las decenas de personas que se sumaron a las tareas de apoyo al lado de brigadistas para sofocar el fuego en uno de los principales pulmones del pueblo mágico de Tepoztlán, que hasta ayer devastó unas 350 hectáreas, según el último reporte de la Comisión Nacional Forestal (Conafor). Esto equivale a 2.1 veces el Bosque de Aragón.

Ezequiel Rojas, de 41 años, jefe de la brigada Los camaleones de San Juan, comentó que tras participar en las tareas contra el incendio está en tratamiento: “tuve una intoxicación severa por el humo y la deshidratación; hay un doctor que nos ayudó, ya ves que el trabajo de un brigadista no es importante para nuestras autoridades estatales, hacen caso omiso”.

La noche de ayer, autoridades reportaron que el incendio está controlado al 90 por ciento y se liquidó en un 60 por ciento, trabajos en los que también participaron médicos y veterinarios para el cuidado de la fauna local, como zorros, conejos y los llamados tlacuaches, principalmente.

Es una sensación de angustia, impotencia y frustración darte cuenta de que eres totalmente insignificante y vulnerable ante un incendio; estos días muchas veces me solté en llanto y decía, esto no puede ser
Érika Domínguez, Habitante de Tepoztlán

Ante la emergencia, habitantes y brigadistas de Puebla y Tlaxcala también se sumaron al apoyo, y ciudadanos abrieron colectas para recibir víveres y herramientas como palas, picos y guantes de carnaza, aunque ayer se dejó de recibir en especie”, comentó Osiris, habitante de Tepoztlán.

Arnold Ricalde, activista ambiental y habitante del municipio que se sumó a las brigadas de apoyo, lamentó que el fuego, que inició en Malinalapa, se extendió por la demora del Gobierno estatal para actuar y pedir apoyo a otras entidades.

Érika Domínguez, quien hace 30 años llegó a vivir a Tepoztlán, comentó a La Razón que el domingo comenzó a pedir apoyo a través de redes sociales sociales para contribuir al trabajo de voluntarios, además de que quienes tienen piscina apoyaron para el suministro de los tres helicópteros que rociaron la zona afectada.

“La noche del martes, cuando comenzó a extenderse el fuego, allá por el valle, hice una lista que tenemos de empresas responsables en la que muchos hoteles abrieron para ofrecer sus habitaciones a brigadistas y personas que tuvieron que desalojar sus casas, pero muchos me dijeron: ‘no hagan listas, todos vamos a cooperar’, y así fue”, comentó Érika, dueña de un restaurante.

Tuve una intoxicación severa por el humo y la deshidratación; hay un doctor que nos ayudó, ya ves que el trabajo de un brigadista no es importante para nuestras autoridades estatales
Ezequiel Rojas, Jefe de brigada Los camaleones de San Juan

“Se podría prevenir con mayor tecnología satelital y acupuntura con brechas cortafuegos cuando inicia. Nos tocó ver cómo inició y se esparció. Falta más planeación al inicio de los incendios”, añadió.

En Ekko Hostal, un hotel boutique ubicado en la colonia Revolución, se ofreció de “descanso, comer algo y tomar un vaso de agua después de la jornada” para los brigadistas, comentó Madison Ceballos, encargada del lugar.

En total, el siniestro motivó que los dueños de más de 300 hoteles y 400 posadas pet friendly (mascota amigable) y casas de fin de semana abrieran sus puertas para ofrecer sus cuartos a brigadistas y habitantes que viven a unos 6 kilómetros de donde se registró el siniestro.

“Es una sensación de angustia, impotencia y frustración darte cuenta de que eres totalmente insignificante y vulnerable ante un incendio; estos días muchas veces me solté en llanto y decía, esto no puede ser”, concluyó Érika.

  • El dato: En el combate al fuego participaron 2 aeronaves de Conagua y uno de la Sedena, que realizaron 178 descargas (218 mil litros de agua).
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