La compra de contenedores de basura de tipo industrial, que nunca fueron utilizados, fue una de las polémicas que marcó la administración de Angélica Moya Marín en el municipio de Naucalpan, de 2003 a 2006.
Quince años después, la panista busca repetir en el cargo bajo las siglas del PAN-PRI-PRD, en una contienda que apuesta por la desmemoria y la impunidad.
Documentos en poder de este medio revelan que entre 2005 y 2006 se emitieron cuatro facturas por la compra de contenedores de polietileno de alta densidad con capacidad de 770 litros, una de las cuales fue cancelada. Las tres restantes suman un monto de 9 millones 138 mil 253 pesos.
Ese gasto fue destinado a la compra de 4 mil 200 unidades, es decir, por cada una de ellas se pagó 2 mil 175 pesos del dinero de los naucalpenses.
La idea de Moya Marín era distribuirlos en las colonias de la demarcación para agilizar la recolección de basura, con un sistema que permitiera a los camiones de limpia vaciar los desechos sin necesidad de que esta labor la hicieran los empleados del municipio. Sin embargo, los vehículos de Servicios Públicos no contaban con mecanismo de anclaje, por lo cual era imposible realizar la tarea.
Aunque los depósitos de desechos resultaban inútiles para las intenciones de la entonces presidenta municipal, la compra se realizó.
Desde la sociedad civil hubo voces de rechazo ante el proyecto que pretendía modificar la logística para la recolección. Con protestas nunca antes vistas en el municipio, que unieron a vecinos de fraccionamientos residenciales y de zonas populares, los habitantes presionaron a Angélica Moya para que diera marcha atrás.
Una de las mayores manifestaciones de repudio ocurrió el 3 de noviembre de 2005, cuando más de 700 vecinos de Ciudad Satélite, Lomas Verdes, Echegaray, La Florida y Bulevares marcharon sobre Periférico, de las Torres de Satélite al Palacio Municipal, para expresar su descontento. Ese mes, la alcaldesa reculó.
Dado que no podían ser usados, los basureros fueron almacenados a la intemperie en el predio La Victoria, donde permanecieron durante años.
Adquisición de contenedores fue irregular y opaca
Quien entonces se desempeñaba como presidenta de la Comisión Edilicia de Medio Ambiente, Martha Guerrero, indicó que la adquisición fue irregular y opaca.
“No hubo licitación, se cobró un millón de dólares, los compró el ayuntamiento sin pasar por Cabildo”, señaló entonces, al finalizar una sesión del cuerpo edilicio.
A fin de apagar las críticas ciudadanas por la compra inservible que se hizo, la administración de Angélica Moya destinó algunos de esos materiales a escuelas de la demarcación, sin embargo, este segundo intento también fracasó, pues la basura se acumulaba sin que los camiones del municipio la retiraran. Ante el riesgo de que surgieran focos de infección, los directivos decidieron arrumbar los contenedores.
ntb