La sequía del Lago Cuitzeo, el segundo más importante de México y el cuarto más viejo, no es asunto menor, destacó Rafael Trueba, especialista de la Red Mexicana de Cuencas Hidrográficas, al explicar que la falta de agua en esta zona michoacana tiene implicaciones en la salud pública de sus habitantes, además de impactar en sus bolsillos.
En entrevista con La Razón, el especialista destacó que durante el periodo de estiaje --que dura desde enero a mayo de cada año--, en la zona de Cuitzeo se producen fuertes tolvaneras ante la falta del agua del lago que provocan severas afectaciones en la salud de los pobladores.
En la región del bajo oeste, donde se ubican municipios como Cuitzeo, Huandacareo y Copándaro, se presenta uno de los problemas más dañinos: la aparición de las tolvaneras, tormentas de tierra en donde todo el polvo que se asienta en el suelo y que está contaminado, con la velocidad del viento que aparece en esta región, arriba a las poblaciones, causando enfermedades oftalmológicas, gastrointestinales, alergias en la piel y enfermedades respiratorios.Rafael Trueba, especialista de la Red Mexicana de Cuencas Hidrográficas.
Evitar padecer de esas enfermedades, puntualizó Trueba Regalado, genera gastos por hasta 7 millones de pesos anuales para los habitantes que se ven obligados a comprar mascarillas, goggles u otros artículos para protegerse del polvo.
"Hay un costo al que se enfrenta la población para evitar estas enfermedades. La gente está gastando su dinero en consultas médicas, en medicinas y en cubrebocas", detalló el especialista.
Esto, sumado a las evidentes pérdidas económicas a las que se enfrentan alrededor de mil 500 habitantes ante la falta de la actividad esencial de la región: la pesca, que "prácticamente ha desaparecido porque el agua ya no tiene la calidad ni cantidad necesaria para realizar esta actividad".
De acuerdo con el especialista, en los alrededores del lago se ubican unas 4 mil familias, quienes apenas alcanzan a obtener ingresos por 2 mil pesos para sobrevivir.
"Son familias que dependen de esta actividad y que de momento no tienen un ingreso económico. Su ingreso oscila a unos 2 mil pesos, pero hablamos de familias de cuatro personas, entonces el contexto económico que tienen es muy complicado. Se necesitan fomentar proyectos productivos que reactiven la economía local", destacó Trueba.
Juan Manuel, un hombre de 33 años, externó a este medio la "tristeza" que le da ver el lago seco y el problema al que se enfrenta su comunidad por la pérdida de "algo tan importante".
"Para mi familia y los amigos de mis abuelos la pesca sí era indispensable, a eso se dedicaban, a mí ya no me tocó, vivo de otras cosas, del comercio", resaltó.
"Hablamos de que es agua, es un recurso natural y tan preciado que claro, al perderlo lo afecta todo. A los animales, a nosotros", dijo.