Grupo Cementos de Chihuahua (GCC) permanece en un sepulcral silencio tras los dos golpes que ha recibido por parte de la justicia estadounidense y que confirman el laudo arbitral pendiente por pagar de cerca de 50 millones de dólares a la boliviana CIMSA.
El 30 de abril de 2021, en otra dura derrota para GCC, la Corte para el Distrito de Colorado rechazó su petición para revocar la sentencia en su contra, el pedido que GCC había hecho sobre la base de que, según ella, el laudo arbitral había sido anulado por las cortes locales en Bolivia fue rechazado por la justicia norteamericana.
Lo anterior, derivado de un litigio que inició en 2011 cuando CIMSA estableció una disputa legal contra GCC porque ésta vendió su parte accionaria en la Sociedad Boliviana de Cemento sin respetar el derecho preferente de la empresa boliviana, conforme se establecía en el acuerdo de accionistas.
Dicho incumplimiento originó un proceso arbitral administrado por la Comisión Interamericana de Arbitraje Comercial (CIAC). El laudo arbitral emitido en abril de 2015 fue favorable a Cimsa y condenó a GCC a pagar a la empresa boliviana algo más de 36 millones de dólares, que a la fecha se han convertido en aproximadamente 50 millones de dólares.
La justicia norteamericana dejó claro que la empresa mexicana debe cumplir con el pago.
El segundo revés se dio el pasado 21 de junio de 2021 cuando la Corte Suprema de los Estados Unidos de América desechó la petición de GCC para revertir la sentencia dictada por la Corte para el Distrito de Colorado, dicha sentencia ya es final y no está sujeta a apelaciones ulteriores en los Estados Unidos.
Hasta el momento Grupo Cementos de Chihuahua (GCC) guarda silencio y no ha reportado que ahora, la cementera mexicana queda obligada a pagar una cantidad de aproximadamente US$50 millones de dólares a la empresa boliviana Cimsa.