El gobierno de Silvano Aureoles destinó más de cinco mil 186 millones de pesos para el arrendamiento y compra definitiva de inmuebles a una empresa que no era propietaria de los predios, en los cuales se construyeron siete cuarteles para la policía y cuyas condiciones no corresponden al alto costo por el que se pagó.
Esta mañana, el gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla, reveló que con este modelo de corrupción se pagaron siete proyectos ejecutivos, cuando sólo debió ser uno; además, el gobierno de Aureoles pagó a la Inmobiliaria DyF S.A de C.V para adquirir definitivamente los terrenos, luego de haber pagado más de tres mil 425 millones de pesos en arrendamiento.
En el caso del cuartel construido en el municipio de Apatzingán, el contrato de renta fue firmado el 9 de septiembre del 2016; sin embargo, se comprobó que la empresa adquirió la propiedad hasta el 23 de octubre del 2019, lo que indica que el gobierno pagó la renta de un terreno del que la empresa no fue propietaria durante más de tres años; además, destaca que dicho complejo fue inaugurado el 23 de marzo del 2018.
Y una situación similar se presentó en los cuarteles de Lázaro Cárdenas, Coalcomán, Jiquilpan, Zitácuaro, Uruapan y Huetamo, todos adjudicados a la misma empresa.
Entre éstos, el gobernador destacó al de Uruapan como el “abc de la corrupción”, ya que, de acuerdo con la declaración de un exregidor, el terreno fue donado por el ayuntamiento al Gobierno estatal; sin embargo, éste firmó el contrato de renta con la misma empresa en 2017.
Cabe destacar que, dos días antes de que concluyera la administración de Silvano Aureoles, el gobierno decidió comprar definitivamente los inmuebles por un monto de mil 552 millones de pesos. Es decir, en el caso de Uruapan, la administración rentó y compró un predio que originalmente era de su propiedad.
Simularon contratos de arrendamiento, que realmente eran contratos de obra pública para evadir la ley de adquisiciones, las licitaciones y toda la reglamentaciónRamírez Bedolla.
También se evidenciaron las condiciones en las que se encuentran actualmente los cuarteles, los cuales, a pesar de su alto costo, están hechos de plástico, con instalaciones consumidas por la corrosión, patrullas abandonadas y partes inconclusas.
Destacó que, en cada uno de estos siete cuarteles, también se construyeron casas de gobierno, en las que Silvano Aureoles se hospedaba cuando visitaba las regiones.
En imágenes compartidas de éstas, se aprecia que, a diferencia de las instalaciones para los elementos de seguridad, las casas fueron construidas con ladrillo; las puertas, ventanas y paredes fueron blindadas, además de que todas cuentan con jardín, sistema de aire acondicionado y fueron amuebladas totalmente.
Indican a todas luces actos de corrupción, lujos graves, hallazgos que ya nos comienzan a indicar por qué al final del gobierno anterior no había recursos para pagarles a los maestros, al Poder Judicial, al CongresoRamírez Bedolla