Luego de que autoridades del municipio de Huimilpan, en Querétaro, abatieron a un tigre blanco que merodeaba por calles de la localidad, el pasado 20 de marzo, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) presentó una denuncia penal ante la Fiscalía General de la República (FGR) para deslindar responsabilidades.
La dependencia informó que solicitó el reconocimiento del felino en su calidad de víctima, y que su sede en Querétaro fue la encargada de presentar la denuncia con el objetivo de investigar si los involucrados actuaron bajo protocolos del Reglamento de la Ley General de Vida Silvestre, y “coadyuvar en identificar la acción u omisión que derivó en que el felino pusiera en riesgo a la población civil y al medio ambiente”.
De acuerdo con un comunicado, tras la muerte del felino personal del Centro de Atención Animal Municipal de El Marqués reportó el incidente al encargado de la oficina de representación de la Profepa en Querétaro. Dicha oficina contactó a un zoológico para el resguardo y preservación del cadáver de tigre.
El domingo 20 de marzo trascendió que personal de Protección Civil de Querétaro, junto a elementos de la Dirección Municipal de Seguridad Pública, neutralizaron al tigre, que representaba un posible riesgo para los habitantes de Huimilpan, luego de que reportaron ataques contra animales de granja.
Presuntamente, el tigre podría tratarse del mismo que autoridades de Guanajuato buscaban cerca del municipio Apaseo El Grande, cuando el 21 de febrero alertaron a la población sobre la presencia de un "felino de tamaño grande" que podría rondar la periferia de las comunidades Ojo de Agua, Rancho Viejo y Tierra Blanca.
La Profepa detalló que el ejemplar de tigre blanco era un macho de aproximadamente 10 años; pesaba 250 kilogramos y presentó desgaste en sus garras.
CEHR
