La mañana de este domingo autoridades municipales, estatales y federales desalojaron presuntamente de forma violenta a los migrantes venezolanos que estaban instalados en la orilla del Río Bravo, en Ciudad Juárez, Chihuahua.
Durante el operativo, encabezado por elementos del grupo antimotines de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal (SSPM) y en coordinación por los tres niveles de gobierno, algunas personas aún no identificadas lanzaron piedras y se reportaron varias personas con lesiones menores.
Las fuerzas del orden primero pidieron a los migrantes a levantar los campamentos, pero al no obtener respuesta, empezaron a retirarlos por la fuerza, lo que provocó la resistencia de algunos de ellos.
Al final, al menos 300 carpas que estaban en el campamento fueron incendiadas, sin que se sepa hasta el momento quiénes fueron los responsables de esta acción.
Los migrantes, que al menos eran 500 personas, entre ellos varias mujeres y niños, fueron llevados en camiones a distintos albergues y refugios como el Centro Integrador para el Migrante “Leona Vicario” del Gobierno Federal en donde las autoridades les aseguraron no sufrirían por las condiciones del clima y se les proveería de sus necesidades básicas.
Sin embargo, varios de ellos advirtieron que se volverán a instalar de donde los quitaron debido a que denuncian ser víctimas de violencia y amenazas por parte de las autoridades de los albergues por lo que aseguraron, continuarán en su lucha para poder cruzar a los Estados Unidos y no ser deportados a Venezuela.
Además, los migrantes venezolanos denunciaron abuso por parte de las autoridades municipales y estatales al momento del desalojo; pues señalaron que los elementos de seguridad hicieron uso de la fuerza pública, debido a que los empujaron y golpearon a pesar de que algunos de ellos se comportaron de manera pacífica.
Reportes señalan que mientras algunos migrantes formaron una valla para intentar impedir el desalojo otros cantaron el himno de su país como una protesta hacia las autoridades.
Sin embargo, también se informó que hubo personas que al negarse a irse del lugar comenzaron a forcejear con los elementos de las diversas dependencias.
Trascendió que dos uniformados resultaron lesionados debido a las pedradas y que algunos migrantes fueron detenidos, pero esto no fue confirmado por las autoridades.
Protección Civil estatal informó que la razón del desalojo se debe a que los migrantes realizan fogatas cerca de las casas de campaña, lo que genera un riesgo de incendio. Incluso, la dependencia mencionó que ya cuentan con un dictamen ante esta problemática.
Los migrantes señalan que la razón de las fogatas se debe a que se han presentado múltiples casos de hipotermia entre ellos, y que en la mayoría de las ocasiones han tenido que buscar atención médica. El campamento estaba instalado desde hace un mes a la orilla del Río Bravo.
DGC
