La cancelación del Carnaval de Tepoztlán —el pasado 19 de febrero—, debida a la inseguridad, es un reflejo de la forma en la que los Pueblos Mágicos y los lugares que antes eran muy visitados en Morelos por ciudadanos de otras partes de la República, e incluso del extranjero, han perdido paulatinamente su atractivo.
La descomposición en este municipio es tal que, el 2 de marzo, la secretaria de Turismo y Cultura del gobierno estatal, Julieta Goldzweig Cornejo, reconoció que el lugar está a punto de perder la denominación de Pueblo Mágico.
Prestadores de servicios consultados por este medio revelaron que en el transcurso del 2022 se presentaron hechos delictivos que antes no se habían visto, como asaltos a los turistas y a quienes suben al cerro del Tepozteco, además de narcomenudeo y, sobre todo, extorsiones a comerciantes.
Los entrevistados aseguran que esta ola de violencia no se ve reflejada en las estadísticas, porque los comerciantes no presentan denuncias por miedo a las represalias del crimen organizado.
Tlayacapan es otro Pueblo Mágico que daba brillo al estado de Morelos. Y, como Tepoztlán, también ha caído paulatinamente bajo el control del crimen organizado.
En este municipio, los datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) reflejan un incremento del 100 por ciento en el delito de violación en el 2022, toda vez que en ese año se abrieron seis carpetas de investigación, cuando en el 2021 fueron sólo tres.
En este municipio, en donde los comerciantes crearon un grupo de autodefensa para enfrentar a los extorsionadores, el robo a negocio aumentó 300 por ciento, al pasar las carpetas de investigación de una a cuatro entre un año y otro.
Pero en donde más se ha recrudecido la violencia es en el municipio de Cuautla, el segundo más importante de Morelos y el cual alberga la mayor zona de balnearios.
En este municipio, los homicidios aumentaron 35.8 por ciento, pues en el 2021 se registraron 81 casos, cifra que llegó a 110 en el 2022.
De igual forma, los feminicidios se dispararon al 100 por ciento, ya que los casos pasaron de tres a seis entre un año y otro, según cifras oficiales.
En Cuautla, gobernado por el morenista Rodrigo Arredondo, los secuestros aumentaron 50 por ciento, al pasar de dos a tres entre un año y otro, y las violaciones tuvieron un alza de 10.7 por ciento debido a que en el 2021 se registraron 93 casos y en el 2022 fueron 103.
Además, el robo a negocios aumentó 84.4 por ciento, al pasar las carpetas de 135 a 249 en el periodo estudiado.
La capital, Cuernavaca, también presenta cifras rojas de incidencia delictiva. En el 2022 se registraron cinco feminicidios, lo que representa un aumento del 150 por ciento respecto al año anterior, cuando sólo hubo dos.
El delito de violación tuvo un alza de 30 por ciento, toda vez que las carpetas pasaron de 120 a 156 entre un año y otro, mientras que los homicidios crecieron 1.1 por ciento, al pasar los expedientes de 175 a 177 entre el 2021 y el 2022.
Al respecto, Antonio Sánchez Purón, presidente del Consejo Coordinador Empresarial Morelos, dijo a La Razón que “Cuernavaca era uno de los principales destinos para los visitantes que provenían del extranjero para aprender español”.
Después de la ciudad de Toledo, España, Cuernavaca era el principal destino; sin embargo, derivado de la ola de violencia, prácticamente el sector de escuelas de español está desapareciendo”.
El dirigente empresarial indicó que el sector turístico genera 13 por ciento del PIB de la entidad, pero la inseguridad ha afectado esta actividad, al grado de que el Gobierno de Estados Unidos ha emitido una alerta de viaje a la comunidad de Zempoala, del municipio de Huitzilac.
En consonancia, el presidente de la Coparmex en la entidad, Víctor Manuel Mendoza Moreno, señaló que la ola de inseguridad no sólo afecta al sector turístico, sino en general a “la actividad empresarial, a las inversiones”.
En entrevista con este medio, Mendoza Moreno afirmó que el comercio se ha visto afectado por el cobro de piso, pero parte del problema es que los afectados no quieren denunciar por miedo a represalias y algunas empresas hasta lo han normalizado.
“Ha habido algunas que me han dicho: ‘Pues ya lo metimos como parte de nuestro costo, como si fuera un impuesto más’, y siguen trabajando”, afirmó.
Consideró que la falta de eficiencia para ejercer los recursos públicos es parte del problema. Explicó: “Pensé en algún momento que el dinero no alcanzaba, pero cuando se metió Coparmex Morelos a analizar números, me encontré con que Yucatán tiene un presupuesto global de 15 mil pesos per cápita, lo mismo que tiene Morelos; entonces, sí hay dinero en Morelos…, pero no han sabido repartirlo en lo que más nos interesa a los morelenses, que es la seguridad”.
Mendoza exhortó a las autoridades a que estudien el presupuesto que requiere la Comisión Estatal de Seguridad “y que después hagamos un plan y les ayudamos; Coparmex está siempre dispuesto a que hagamos un plan para fortalecer a los policías municipales, que estén bien pagados, bien formados”, remarcó.