En Playa Ventura, Copala
“Nos sentimos destrozados, el trabajo familiar de más de 25 años, lo que uno hace con tanto esfuerzo, en tres horas se vino abajo, se acabó”, dice Policarpo Verónica Tejada, prestador de servicios turísticos de Casa de Piedra en Playa Ventura, mientras observa tristemente lo que quedó de su cabaña “Las Gaviotas”.
Playa Ventura está ubicada en la costa sur de México, en el municipio de Copala, de la región Costa Chica de Guerrero, ahí donde el pasado 23 de septiembre a las 21:15 de la noche el huracán John categoría 3, tocó tierra con vientos de hasta 195 kilómetros por hora, afectando severamente a más de 100 prestadores de servicios turísticos; hoteles y cabañas quedaron devastados, así como unas 30 viviendas.
DESOLACIÓN Y TRISTEZA. Propietarios de hoteles junto a sus empleados y familiares, limpian lo que quedó de su fuente de trabajo, a ocho días de la devastación del huracán John no han tenido apoyos de ningún tipo, algunos sólo una despensa han recibido del DIF municipal. Apenas el domingo pasado por la noche se restableció la energía eléctrica en una parte del pueblo, no hay Internet y la limpieza está a cargo de una cuadrilla de pobladores encabezada por el comisario municipal, Miguel Ángel Ventura.
Los accesos se están deteriorando cada vez más y la carretera que comunica a Casa de Piedra con Playa Azul tiene cortes por más de 10 metros de longitud, impidiendo la comunicación y con ello la limpieza de esta zona, que hasta este lunes no contaba con energía eléctrica. Esperanzados, los afectados esperaron al enviado “del Gobierno” que iría a realizar el recuento de las afectaciones, pero al menos este día no llegó.
“Vamos a empezar de cero”
María Icela Pérez, junto a su esposo Gumer Ventura, propietarios del restaurante y hotel “Las Palmeras”, iniciaron en 1998 cuando construyeron su cabaña y después el pequeño hotel.
Don Gumer nació en Playa Ventura, tiene 50 años de vida y asegura que no había visto algo tan fuerte, “hicimos lo posible de prevenir, nos avisaron del Gobierno estatal y federal pero nunca nos imaginamos que nos fuera a pasar esto”.
“Nos quedamos aquí en la casa, tratamos de amarrar láminas, pero como quiera todo se fue, nos refugiamos en las casas, pero cuando fue el viento hasta las camas se movían, uno se asustó muchísimo”, recuerda María Icela.
“Estamos trabajando, pero con esfuerzo de nosotros, nadie de las autoridades a venido a ayudarnos, ni el Plan D-III del Ejército, los únicos que actuaron rápido fueron los de CFE y la verdad gracias a Dios ya tenemos luz, después de cinco días”, aclaró don Gumer.
Con un daño total de sus propiedades mantiene la esperanza de que llegue el apoyo del Gobierno, por ello pidió “a las autoridades que se fijen, que no nada más es Acapulco, acá en esta parte de la Costa Chica estamos bien afectados y no tenemos ayuda”.
Calcula que sus pérdidas ascienden a unos dos millones de pesos, “tendría que buscar un gran dinero para volver a trabajar y levantar esto, (John) me quitó todo, tendría que empezar desde cero ahorita”.