El motín registrado el pasado jueves en el Centro de Reinserción Social de Tabasco (CREST), ubicado en la ciudad de Villahermosa, en el que murieron siete internos, puso en evidencia la deplorable situación en la que se encuentra el sistema penitenciario de la entidad, al grado de que es el peor evaluado del país.
En el Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria 2024, que la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) dio a conocer el 17 de este mes, el sistema carcelario de Tabasco aparece reprobado, con calificación de 4.94, en una escala del 1 al 10.
En el informe se establece que los siete penales de Tabasco tienen calificaciones reprobatorias, con menos de 6, en donde el que tiene la evaluación más alta es el Cereso de Tenosique, con 5.64 puntos, mientras que el peor calificado es el de Comalcalco, con 4.23.
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En su diagnóstico anual, la CNDH mide seis aspectos en todos los penales del país: tendencia nacional, garantía de la integridad de las personas privadas de la libertad, estancia digna, gobernabilidad, reinserción y atención a internos con necesidades especiales.
En todos estos indicadores, los siete penales aparecen con una cruz de color rojo —símbolo de reprobación—, salvo el de Tenosique, que tiene un guion amarillo en los dos primeros aspectos, y los de Huimanguillo y Tlacotapa, también en amarillo, sólo en el tercer aspecto.
En el caso del CREST, en donde ocurrió el motín del jueves de la semana pasada, la CNDH detectó “Ejercicio de funciones de autoridad por parte de personas privadas de la libertad (autogobierno/cogobierno)”.
Esta condición fue confirmada el día del motín por el fiscal general del estado, José Barajas, quien aseguró que dos peligrosos generadores de violencia tenían el control del centro penitenciario.
El organismo defensor de los derechos humanos también encontró falta de personal de seguridad y custodia y falta de capacitación para el personal con el que se cuenta, así como “deficiencias en el procedimiento para la imposición de las sanciones disciplinarias”.
En su análisis, la CNDH consignó también que en este centro de reclusión hay sobrepoblación, hacinamiento, deficiencias en los servicios de salud, deficiente separación entre hombres y mujeres y falta de prevención de violaciones a derechos humanos.
Además, hay insuficiencia de programas para la prevención y atención de incidentes violentos, insuficiencia de vías para la remisión de quejas de probables violaciones a los derechos humanos y falta de supervisión del funcionamiento del penal por parte del titular.
En cuanto a las condiciones relacionadas con una estancia digna, la CNDH documentó “deficiencias en la alimentación y deficientes condiciones materiales e higiene de instalaciones para alojar a las personas privadas de la libertad”.
En el CREST hay insuficiencia o de plano inexistencia de actividades deportivas y de espacios laborales y de capacitación y se detectó “una inadecuada vinculación de la persona privada de la libertad con la sociedad”.
Adicionalmente, la CNDH encontró que en este centro de reclusión, que se supone es el más importante del estado de Tabasco, no se presta un adecuado tratamiento para los internos de la tercera edad ni para los que pertenecen a la comunidad LGBTTTIQ+.
El pasado jueves, en este penal se registró un motín debido a que dos peligrosos generadores de violencia se negaron a que se cumpliera una orden de traslado hacia otro centro de reclusión.
Dentro de la trifulca, uno de los internos rebeldes se entregó, pero el otro optó por enfrentarse, junto con unos 20 seguidores, a las fuerzas del orden, las cuales fueron atacadas con armas de fuego, mientras los reos incendiaban muebles, colchones y basura.
Tras cuatro horas de batalla, el interno que se había atrincherado se rindió, pero la revuelta dejó un saldo de siete presos muertos y diez personas heridas, de las cuales seis eran reos y cuatro elementos de las fuerzas del orden.