Contra lo que muchos esperaban e incluso a contrapelo de varias encuestas, las elecciones estatales realizadas el 2 de junio de este 2024 confirmaron la hegemonía de Morena en los gobiernos de las entidades federativas, ya que no sólo conservó las que ya tenía, sino que ganó una más.
De esta manera, el partido guinda gobierna ahora 23 estados, a los que se suma uno en mano de su aliado, el PVEM, para un total de 24 en poder de la Cuarta Transformación.
El grupo político que llevó al triunfo a la Presidenta Claudia Sheinbaum le arrebató al PAN un bastión muy importante, como lo era el estado de Yucatán, en lo que fue una de las sorpresas, pues el gobernador saliente, Mauricio Vila Dosal, era uno de los mejor calificados.
Joaquín Díaz Mena agradece aprobación del Presupuesto 2025 para Yucatán
Con el triunfo del morenista Joaquín Díaz Mena en ese estado del sureste se rompió un hito, pues durante décadas gobernó el PRI y sólo en los últimos 20 años se había dado la alternancia exclusivamente entre este partido y el PAN.
La debacle electoral de la alianza Fuerza y Corazón por Mexico, integrada por PRI, PAN y PRD a nivel federal, también se reflejó en los estados, ya que el primero de los partidos conservó sólo los dos entidades que ya tenía, el segundo perdió uno y ahora sólo gobierna cuatro, mientras que el sol azteca de por sí ya había perdido el último que tuvo, Michoacán, desde el 2021.
En los comicios de referencia, Movimiento Ciudadano sólo puso en juego uno de los dos estados que tenía, Jalisco, y logró retener la plaza, a través de su candidato Pablo Lemus, aunque en el otro, Nuevo León, perdió posiciones importantes a nivel municipal y legislativo.
Como resultado de las elecciones del 2 de junio, Morena y sus aliados gobiernan 24 entidades federativas, en las cuales viven 93.1 millones de personas (Ciudad de México, Estado de México, Chiapas, Tamaulipas, Tabasco, Puebla, Quintana Roo, Campeche, Colima, Nayarit, Baja California Sur, Baja California, Hidalgo, Veracruz, Sinaloa, Yucatán, Morelos, San Luis Potosí, Michoacán, Oaxaca, Sonora, Tlaxcala, Guerrero y Zacatecas).
En cambio, los partidos de la coalición antagónica, ahora ya desarticulada —PAN, PRI Y PRD— gobiernan sólo seis entidades, las cuales en conjunto tienen 18.7 millones de personas (Aguascalientes, Chihuahua, Guanajuato, Querétaro, Coahuila y Durango).
En tanto, Movimiento Ciudadano, el único partido que compitió sin hacer alianza con ninguna otra fuerza, tiene dos estados, en los que viven 14.1 millones de personas (Jalisco y Nuevo León).
El empuje electoral de Morena y sus aliados del PVEM y PT también alcanzó para que los candidatos de este bloque ganaran 529 de 663 diputaciones de mayoría relativa en disputa a nivel local, lo que representó el 79 por ciento de los escaños de todo el país por esta vía, algo que se reflejó en el reparto de las curules plurinominales.
El éxito en las elecciones legislativas llevó a que Morena y aliados pasaran de controlar 22 congresos locales antes de las elecciones a tener ahora en sus manos 27, lo cual significa una fuerza avasallante, si se toma en cuenta que estuvieron en disputa 31 legislaturas estatales.
Incluso, los partidos identificados con la 4T lograron el control de los congresos de Yucatán y Querétaro, que durante muchos años estuvieron en manos del PAN. El segundo caso adquiere mayor relevancia, ya que Acción Nacional aún tiene el Poder Ejecutivo.
Además, la 4T se hizo del control del Congreso de Jalisco, del cual logró desplazar a MC, a pesar de que el partido naranja ganó la gubernatura, lo mismo que en Durango, en donde antes de los comicios del 2 de junio la mayoría absoluta la tenía la alianza PRI-PAN-PRD.
En cambio, la alianza PRI-PAN-PRD sólo logró conservar el control de cuatro congresos, que ya de por sí tenía, en los estados de Aguascalientes, Guanajuato, Chihuahua y Nuevo León.
En los nueve estados que estuvieron en disputa durante los comicios, Morena definió a sus candidatos mediante el método de la encuesta, con ajustes por paridad de género en algunos casos, lo cual no generó rompimientos internos. Y al final, ganó siete de las nueve posiciones en juego.
En Veracruz, Rocío Nahle García se alzó con la victoria frente al candidato de la oposición, el priista José Yunes Zorrilla, por lo que Morena repetirá en el cargo.
En Puebla, el expresidente del Senado, Alejandro Armenta Mier, obtuvo la victoria frente al panista y exalcalde de Puebla, Eduardo Rivera Pérez.
Morena también conservó Chiapas, a través del exsenador Eduardo Ramírez Aguilar, uno de los que obtuvo mayor ventaja respecto al segundo lugar, con 79.29 por ciento de los votos.
La exdirectora de la Lotería Nacional, Margarita González Saravia, se alzó con la victoria en Morelos, pese al mal gobierno de Cuauhtémoc Blanco.
Javier May logró un triunfo holgado en Tabasco, con lo que se confirmó la continuidad de Morena en esta entidad, mientras que Clara Brugada se impuso en la elección de la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México.
La oposición sólo obtuvo el triunfo en dos gubernaturas: Jalisco, con el emecista Pablo Lemus, y Guanajuato, con la panista Libia Denisse García Muñoz Ledo.
EL PRI RECUPERÓ MONTERREY
En las elecciones del pasado 2 de junio, el PRI, a través de Adrián de la Garza Santos, recuperó la Presidencia Municipal de Monterrey, que había perdido tres años antes, cuando ganó el emecista Luis Donaldo Colosio Riojas.
Adrián de la Garza, quien compitió como abanderado de la alianza PRI-PAN-PRD, obtuvo 216 mil 185 votos, es decir, el 37.4 por ciento de los sufragios.
En segundo lugar quedó Mariana Rodríguez Cantú, candidata de Movimiento Ciudadano, con un total de 177 mil 596 votos, equivalentes al 30.7 por ciento del total registrado.
La dirigencia de MC y la propia Mariana Rodríguez impugnaron el resultado, pero el 25 de septiembre, la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) emitió una sentencia definitiva en la que confirmó por unanimidad la validez de la elección del municipio de Monterrey, en favor de Adrián de la Garza Santos.
El argumento esgrimido en el proyecto de la magistrada Janine Otálora Malassis fue que no se acreditó el rebase al tope de gastos de gastos de campaña atribuido al candidato ganador y tampoco se configuró la causal de nulidad de elección por comisión de violencia política en razón de género, que alegaba Mariana Rodríguez Cantú.