Cecilia Flores es una madre que desde hace más de siete años busca sin descanso a sus hijos. Dentro de su desesperación, ahora dirige su atención a un daño colateral que, dice, pareciera que nadie ha volteado a ver: los hijos de los desaparecidos.
“Los desaparecidos no son números que se suman todos los días; son hijos, hermanos, padres, que dejan la vida de las personas a su alrededor en pausa. Por qué no pensar en lo que deja un desaparecido.
“Hay muchas consecuencias porque deja madres, pero deja huérfanos sufriendo una necesidad diferente al desaparecer los padres”, declaró la madre buscadora de Sonora a La Razón.
Cecilia, junto con integrantes de su colectivo, busca crear una fundación para ayudar a los hijos de los desaparecidos, ya que en muchas ocasiones quedan a cargo de sus abuelos, quienes muchas veces son personas de la tercera edad, y esto complica la manutención de los menores.
“Tengo niños adoptados, aunque no son mis nietos, pero ya todos los desaparecidos son mis hijos. Tengo niños que me dicen tía abuela”, expresó.
La madre buscadora llamó a visibilizar el problema: “Son muchos factores que lamentablemente siempre tratamos de visibilizar, pero que el gobierno siempre quiere soltar”. Las circunstancias que atraviesan estas familias incluso han llevado a que los hijos de los desaparecidos participen en la búsqueda.
“Nosotros pensamos que el tema de los desaparecidos, y más que nada de los huérfanos, para el gobierno es un tema tan sensible, que piensan que si lo tocas se desmorona. Entonces, siempre tratamos de estar diciéndoles: ‘no se te olvide que tenemos este tema y que tenemos tantos huérfanos con necesidades’”.
Hasta el momento, no hay una cifra exacta de cuántos niños son afectados por esta situación; sin embargo, tomando en cuenta a los desaparecidos que hay en el país, esta cifra se calcula en miles.
Muchos de estos niños no van a la escuela por falta de recursos, comentó la activista. “Tenemos niños que no van a la escuela porque cuando estaba la pandemia no se tenía la tecnología que se necesitaba, como el Internet, los teléfonos o computadoras”, explicó Cecilia Flores.
Al respecto, Tanía Ramírez, directora de la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim), aclaró que no se les puede catalogar como huérfanos a los hijos de padres víctimas de desaparición forzada, pues existe la presunción de la vida de éstos.
Coincidió con Cecilia Flores respecto al abandono de estos niños y reveló que hasta el momento no hay cifras oficiales de cuántos menores están en esta situación.
También se refirió al impacto emocional de los menores ante tal escenario: “La aceptación obviamente más dura y más traumática está en los hijos… Sufren parte del estrés colectivo que viven las familias (...) pero también con un estrés añadido, que muchas veces, por protección, no se les dice nada y esa angustia e incertidumbre los acompaña doblemente”, dice.