Las detenciones por el conflicto de la presa La Boquilla, como las de tres habitantes del municipio La Cruz, son una represión del Gobierno y no van a detener el movimiento, advirtió el líder de la Asociación de Pequeños Productores de Leche de Centro Sur, Santos Anchondo.
“Podrán entramparnos a los líderes y seguirán pariendo a más, tenemos muchos chavalos que están dispuestos a seguir”, señaló Anchondo en torno a los arrestos de Juan Carlos Rivera —quien padece hidrocefalia, producto de un accidente en 2004— y dos de sus trabajadores por elementos de la Guardia Nacional (GN), por la oposición a la cesión de agua a Estados Unidos.
Armando, su hermano, aseguró que las autoridades federales pretenden acusarlo “hasta de terrorismo” luego del enfrentamiento en La Boquilla; de acuerdo con su versión, Juan Carlos llegó a la presa cuando las cosas estaban más tranquilas, aunque a las 17:00 horas fue detenido a 45 kilómetros del enfrentamiento.
“Creen que deteniendo a mi hermano van a amedrentar a la gente, se equivocan, pase lo que pase con ellos este movimiento seguirá”, afirma Armando.
El informe indica que Juan Carlos y sus primos amenazaron a un efectivo de la GN, quien los convenció de entregarse y abrir la cajuela de su auto, en donde llevaban 18 granadas con gas lacrimógeno; pero el abogado Gerardo Navarrete lo desmintió y adelantó que impugnarán.
A más de una semana del ataque a dos agricultores, ayer unos mil 500 pobladores marcharon en Delicias, Chihuahua, en repudio al asesinato de Yessica Silva y para exigir la liberación de los detenidos.
Avanzaron hacia las presas La Boquilla y Las Vírgenes, donde realizaron otros actos nocturnos.