Autoridades de Baja California desalojaron este domingo a los 381 migrantes y mexicanos que habitaban el campamento El Chaparral, ubicado a las afueras de un cruce fronterizo entre Tijuana y Estados Unidos.
Desde las cinco de la mañana, policías de Tijuana, personal de protección civil, así como elementos de la Guardia Nacional arribaron al campamento para dar aviso a los migrantes centroamericanos y mexicanos desplazados por la violencia que contaban con media hora para recoger sus pertenencias porque serían trasladados a albergues habilitados para ellos.
En un comunicado, la alcaldesa de Tijuana, Montserrat Caballero, señaló que el operativo para reubicar a los migrantes se debió para salvaguardar la salud y seguridad de las personas, las cuales fueron trasladadas a los siguientes albergues: el Centro Integrador del Migrante, Santuario Migrante y Proyecto Salesiano.
“Como alcaldesa de Tijuana debo tomar decisiones firmes. El bienestar de las personas, de los niños, mujeres embarazadas y adultos mayores ahí ubicados no es un juego, ni algo que debería dejarse a la incertidumbre”, dijo.
Montserrat Caballero aseguró que los migrantes van a contar con asesoría legal, apoyo y respaldo para sus trámites pendientes en Estados Unidos.
Además, comentó que el operativo se planeó desde días antes y los migrantes ya tenían conocimiento del traslado, por lo que éste se realizó de forma pacífica.
“Siempre hemos estado en comunicación con Estados Unidos y sabían que íbamos a tener el operativo el día de hoy, así como con el Estado y la Guardia Nacional. Toda la semana lo hemos planeado para que fuera lo menos sorpresivo, sobre todo teniendo el aval de Derechos Humanos”.
CEHR