Este domingo, familiares y amigos dieron el último adiós en Colotlán, Jalisco, a las tres jóvenes integrantes de una familia que en días pasados fueron asesinadas en Zacatecas.
Los cuerpos de las hermanas Daniela y Viviana Márquez Pichardo, y la prima de ellas, Paola Vargas, fueron enterrados en el nuevo panteón de la cabecera municipal, en medio de expresiones de dolor e indignación de parte de los presentes.
Amigos, familiares y habitantes de Colotlán expresaron dolor y exigieron justicia.
En el camposanto fueron abiertos cuatro espacios, a la espera de que el último de ellos sea ocupado por el cadáver de José Melesio Gutiérrez Farías, novio de Daniela, cuyos restos no han sido entregados a sus familiares.
A medio día se realizó una misa de cuerpo presente en la parroquia de San Luis Obispo, a la que asistieron, según cálculos de medios locales, aproximadamente mil personas.
Al menos la mitad de esa cantidad acompañó al cortejo fúnebre hasta el panteón nuevo de Colotlán, en donde los féretros de las tres muchachas fueron depositados.
Durante todo el tiempo que duraron la exequias hubo un gran despliegue de la Policía Estatal de Jalisco y de la Guardia Nacional, cuyos elementos estaban distrubuidos con radio en mano entre la multitud.
Los cuerpos de las tres jóvenes integrantes de esta familia fueron velados durante dos días consecutivos en el interior de un deportivo de la cabecera municipal, hasta donde llegaron centenares de pobladores a despedirse de ellas y a manifestar su solidaridad con los familiares y amigos.