Ayer, Valeria Landeros Calderón fue despedida por sus padres, amigos y pobladores de su natal Francisco R. Murguía, en Zacatecas.
La joven de 24 años fue encontrada sin vida en el municipio de Guadalupe, este viernes, tras ser desaparecida el pasado 12 de febrero, junto a sus cuatro amigos Alexia Abrego, Irving Castor, Natalio Torres y Luis Ángel Manzanares, cuyos cuerpos fueron hallados el pasado domingo.
Alrededor de las 15:30 horas los restos de Valeria llegaron a la parroquia de Nuestra Señora de las Nieves, donde decenas de vecinos ya la esperaban con globos blancos y pancartas que exigían justicia.
Durante la misa, como una muestra de respeto, afecto y dolor, las personas se turnaron para montar guardia a los costados del féretro.
"Te arrebataron la vida y eso es una injusticia, eso es deshumano. Nos duele a todos, nos duele a Zacatecas, nos duele que no se estén haciendo las cosas bien, algo se está haciendo mal y pareciera que nadie ve, pareciera que no nos damos cuenta… Pidamos, demandemos y exijamos que la autoridad no haga oídos sordos ante el clamor de un pueblo que sufre", fueron las palabras del párroco.
Al finalizar la ceremonia religiosa, la consigna de "¡Justicia, justicia, justicia!" y un minuto de aplausos se hicieron oír en el recinto.
A su salida, una banda y una fila de más personas que ya no cupieron en la iglesia volvieron a aplaudir y siguieron los restos de la joven hasta el camposanto, donde finalmente su familia y todos, quienes la conocieron, soltaron los globos blancos y le dieron el último adiós.
Previamente, cientos de personas recorrieron las calles de la capital en la Marcha por la Paz, convocada por el Movimiento Feminista en Zacatecas, para demandar un alto a la violencia.
En las bardas del Palacio de Gobierno fueron escritos los nombres de los jóvenes asesinados y más exigencias de la población.
¡David (Monreal), escucha, si no puedes renuncia! ¡Con este gobierno, Zacatecas, un infierno! ¡Ellos no murieron, a ellos los mataron!, fueron las consignas con las que personas de todas las edades llegaron hasta la Plaza de Armas, en donde formaron un círculo y escucharon los testimonios de familiares de personas desaparecidas y asesinadas.
"¿Por qué podemos seguir escuchando y viendo tanta violencia y nadie grita?, ¿a nadie le duele?, ¿y si mañana es mi hija?", dijo una de las manifestantes.
KEFS
