Un niño de dos años de edad falleció tras permanecer tres horas atorado a más de 10 metros del suelo en un pozo de unos 30 metros de profundidad, al que cayó por accidente presuntamente cuando jugaba en la zona.
El menor identificado como Iker quedó atorado en la estructura en desuso en calles de Parras, Coahuila, punto en el que quedó inconsciente debido a un golpe en la cabeza.
La familia tardó en descubrir el accidente, pues presuntamente no vieron el momento en el que cayó, si no que al buscarlo dieron con el pozo; posteriormente, intentaron ayudarlo, pero por el espacio estrecho del lugar era imposible jalarlo.
Incluso se reportó que intentaron meter a otros niños para alcanzar al menor, sin resultados.
Al lugar acudieron elementos de rescate y bomberos del municipio, quienes con ayuda de maquinaria pesada excavaron un hoyo de 10 metros, para alcanzar la altura en la que quedó atrapado Iker, con el objetivo de sacarlo por un costado del pozo, ya que si lo hacían en el mismo pozo temían lesionarlo o causarle más daño.
El pequeño estuvo muchas horas inconsciente por lo que al sacarlo, luego de horas de labores, fue trasladado casi de manera inmediata a una clínica del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) bajo código rojo, pero falleció al llegar al lugar.
De acuerdo con medios locales en la zona la familia de Iker realizaba una convivencia y lo perdieron de vista por unos minutos.
srv