Al menos tres de los estados que llevaron a sus Congresos la iniciativa para prohibir la venta de alimentos azucarados a menores forman parte del top cinco con mayor porcentaje de obesidad en jóvenes de entre 12 y 19 años de edad, según la Encuesta de Salud y Nutrición (Ensanut) 2018.
Se trata de Tabasco, Colima y Veracruz. Quintana Roo y Sonora también están en el ranking; todos con una población de jóvenes obesos arriba de 20 por ciento.
La diputada del PRD en el Congreso de Tabasco, Dolores Gutiérrez, explicó a La Razón que lo fundamental para resolver este problema sería que tanto la Secretaría de Salud federal como las estatales unan esfuerzos para aplicar políticas públicas que lleven a la población a tener una alimentación sana y a mejorar los salarios de los padres para que éstos puedan dársela.
“La obesidad no va a disminuir prohibiendo el consumo de productos chatarra, como es el caso de Tabasco. ¿Va a disminuir el consumo de refresco porque en la reforma se prohíbe que a 300 metros a la redonda de escuelas y hospitales se coloquen espectaculares?”, cuestionó.
En ese sentido, consideró que la reciente ley le hizo falta consultar con todos los sectores involucrados, incluyendo a empresarios, y evaluar en conjunto una lista que establezca qué alimentos se mantendrán bajo esta restricción.
“Lo que le faltó es integrar los productos chatarra. Lo que dicen legisladores, colegas míos, es que ya se aprobó y ahora la tarea es de la Secretaría de Salud, que va a pasar la lista, cuando tendrían que haberlo hecho de manera conjunta”, dijo.
Con la aprobación de disposiciones contra la comida chatarra en Oaxaca y Tabasco, legisladores de Morena ya alzaron la mano para intentar replicar esta medida en Colima, Nuevo León, Hidalgo, Veracruz, Guerrero, Coahuila, Chihuahua, Tamaulipas y hasta la CDMX, donde se plantea como una apuesta para disminuir los altos índices de obesidad infantil.
La nutrióloga Yuritzi Luna, del Hospital Juárez de México, comentó a este medio que el combate a la obesidad y a las enfermedades que se le derivan, como diabetes e hipertensión, requiere cambiar hábitos desde los primeros años de vida, desde ofrecerles verduras, reducir su consumo de grasas y azúcares y acostumbrarlos a no pasarse el desayuno.
Los sabores azucarados o picosos, explicó, resultan atractivos al paladar de niños porque no están acostumbrados al sabor de otros alimentos saludables.
“No esperemos que coman correctamente y que no tengan obesidad cuando es resultado de las decisiones del adulto que ha estado inmerso en su educación. Vemos enfermedades en niños que son de adultos de más de 40 años”, lamentó.
Luna sugirió acostumbrarlos desde que se da la transición de la leche materna a los primeros alimentos sólidos.
“¿Qué se hacía antes? Se les daba manzanas o plátano, era la costumbre, la invitación es que ahora sea con verduras para que su paladar se empiece a adaptar a ese sabor y quede en su memoria”, exhortó.
- El dato: Más de un tercio de niños y niñas de entre cinco y 11 años de edad en México padecen obesidad o sobrepeso; el porcentaje no se reduce desde hace más de una década.