Platillos típicos de Edomex, Oaxaca y Jalisco

Un viaje de sabores por México desde tlayudas hasta cabrito

La cocina mexicana tiene una variedad importante de guisos representativos de cada entidad; por historia, diversidad, creatividad y trascendencia, es reconocida mundialmente

Chiles en nogada: Puebla
Chiles en nogada: Puebla Foto: Especial

La cocina mexicana es desde 2010 Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, declarado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), debido a su historia, diversidad, creatividad y trascendencia.

El nombramiento de hace 11 años ha enaltecido la gastronomía de México a nivel internacional, por sus exquisitos platillos que van desde el pozole, barbacoa, mixiotes, hasta las enchiladas, mole o tamales.

Oaxaca, entidad que se caracteriza por tener una gran diversidad culinaria, uno de los platillos típicos es el mole. Sólo en ese estado existen siete variedades diferentes, entre los que se enlistan el mole negro, el coloradito, verde, chichilo, estofado con pollo y el mole amarillo.

Sin embargo, un alimento característico de esa región son las tlayudas, platillo catalogado como Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO, y que consiste en una gran tortilla de maíz que va acompañada de tasajo, col picada, queso oaxaca, salsa, frijoles negros, cecina, chorizo y en ocasiones chicharrón.

El Estado de México basa algunos de sus alimentos, principalmente en el maíz, el frijol y la carne; por ejemplo, de Toluca, sin duda se deben comer los tacos de chorizo, de obispo o cecina, mientras que en Metepec o Naucalpan, es más común tener platillos como la pancita, o en Amecameca, los mixiotes son uno de los platillos que más se cocinan y se disfrutan.

Muy cerca del centro del país, en Puebla, encontramos una de las ofertas gastronómicas más exquisitas de México: el mole poblano, los chiles en nogada o las cemitas.

De la tierra del chile poblano, los chiles en nogada, también Patrimonio Intangible de la Humanidad, deleitan entre agosto y septiembre a los comensales con sus múltiples sabores y colores.

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Y si se antoja un destino mexicano, pero de sol y playa, tenemos a Veracruz, que ofrece un exquisito arroz a la tumbada, típico en Semana Santa y recibe su nombre, porque los mismos pobladores aseguran que la olla en la que se cocina, se debe tumbar del fuego, para que la preparación esté en su punto.

Hacia el oeste de México, en Jalisco, encontramos otro de los platillos más exquisitos: la torta ahogada. Este manjar consiste en un virote con frijoles, relleno de carnitas de cerdo y bañado por una salsa de jitomate, chiles y especias, que es coronado con rodajas de cebolla morada.

Pero en Jalisco también es muy común la birria, la capirotada, el pozole tapatío; mientras que en bebidas, el Tequila, es el favorito.

Por último en este viaje de sabores, Nuevo León y sus ya conocidas carnes asadas son un deleite para el paladar; el cabrito, platillo más representativo de la comida del estado, es de las preferidas y de las más cuidadas para su elaboración, pues quienes preparan este manjar afirman que el cabrito no debe tener más de 40 días de nacido y sólo haber sido alimentado con leche materna.

Con estas opciones ahora ya sabes qué estados puedes visitar si en estas vacaciones de verano quieres deleitar a tu paladar y al de tu familia.